Aceptémoslo, nada da más hueva que ponerse a lavar los trastes u ordenar la ropa del clóset. Para que te pongas a menear el mechudo con gusto (sin albur), hicimos una exquisita selección de rolas, escogida cuidadosamente por la Universidad del Gusto Culpable y la Cochinada Musical.

Sin más preámbulo, aquí los dejamos con las mejores rolas para darle al “quiacer” (sic).

Detrás de mi ventana

Si sientes que ya te cansaste de que no te acaricien ni con la mirada y de ser en la cama una tercera almohada, con esta rola puedes tallar las ollas con más grasa y así entrarle con furia a la fregadera. Esta rola es un combo de gusto culposo, porque además de estar interpretada por Yuri, fue compuesta por Arjona.

Mudanzas – Lupita D’Alessio

Cada que uno le da a la trapeada jura que “ahora sí no va a dejar que se junte tanto el cochinero”. “Hoy voy a cambiar”, nos repetimos para nuestros adentros, sintiéndonos Lupita D’Alessio, aunque en tres días el depa ya sea otra vez una reverenda porquería. Pero por buenas intenciones no paramos, ¿a poco no?

https://www.youtube.com/watch?v=zV1IjFe2W5g

El santo del amor – Campeche Show

Todos los que sufrimos porque parecía que Cupido no nos tiraba un pan, nos llegamos a sentir identificados con esta letra. Este temazo del Campeche Show es ideal no solo para hacer las labores domésticas, sino también para bailar con tu tía la gorda en las bodas.

https://www.youtube.com/watch?v=dzmsnJJEl8Q

Conga y timbal – Yaguarú

Uno de los grupos mexicanos de cumbia con más ritmo es Yaguarú. Con “conga y timbal” sí dan ganas de agarrar las cacerolas como instrumentos de percusión mientras le echamos acción, el auténtico arranca grasa. Y no empiecen a tildarnos de nacos, ahora resulta que ustedes puro Mozart. ¡Sáquense!

https://www.youtube.com/watch?v=MASeGNOY6t0

Yo no nací para amar – Juan Gabriel

Los días de hacer la limpieza todo es importante: desde el outfit (ropa vieja, flojota y fodonga) hasta el soundtrack. En esas fachas como que uno se siente más inspirado para cantar las de Juanga, especialmente esta, que también se antoja para darse un atascón de tlacoyos mientras hacemos un triste recuento de nuestra vida amorosa.

La gata bajo la lluvia – Rocío Dúrcal

Escuchar a Juanga y no echarse alguna de la Dúrcal en este playlist sería PECADO. ¿Qué mejor rola que esta de “la española más mexicana” para agarrar el mechudo a modo de micrófono para luego pasarlo sobre los muebles hasta dejarlos relucientes? Ahora que si ya queremos dueto, Déjame vivir, de estos dos gigantes, es un must.

https://www.youtube.com/watch?v=69bcTk0K2Rs

De mí enamórate – Daniela Romo

Sí, ya sabemos que van a decir que andamos muy en mood de Juanga, pero es que esta es una de las pocas interpretaciones que le hacen plena justicia al Divo de Juárez. Además, siempre se puede uno poner una toalla en la cabeza simulando la larguísima melena de la Romo en aquellos ayeres. ¡Ay dolor, ya me volviste a dar!

El paso del gigante – Grupo Soñador

Una de las cumbias sonideras con más ritmo y sabor. Junto con la Rumba quimbumba del Grupo Kual o La Guaracha sabrosona de Alberto Pedraza, esta cumbia rifa y controla. Agárrense a barrer y trapear con estas rolas y la tortura pasará más leve, garantizado por escrito y ante notario.

El me mintió – Amanda Miguel

Aquél al que no le hayan puesto los cuernos o al que no le hayan bajado la Luna y las estrellas nomás para bajarle los chones, que tire la primera piedra. Esta rola está buenísima para inclinarse en el lavadero y lavar las jergas; canalizar la ira de forma positiva, que le llaman.

La Carcacha – Selena

Si hiciste el quehacer pero no pusiste a Selena, ¿realmente hiciste el quehacer? La Reina del Tex Mex tiene de tocho, desde las rolas movidas para mover el esqueleto, hasta esas baladas para acabar moqueando y más devastado que la nariz de la Campujackson.

Estas fueron solo 10 sugerencias, pero a ver chilangos, ¿cuáles son sus rolas favoritas a la hora de entrarle sin piedad a quitar el cochambre de la estufa? No se preocupen de revelar sus gustos culpables, siempre pueden decir que se la escucharon a la vecina.

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