¿De qué va?
La ley perseguirá, de facto, la piratería que tenga que ver con software, música, videogramas y libros. Para que no tengamos más papás pidata.

En realidad, ¿eso qué cambia?
Habrá que ver cómo se desarrolla y cómo se interpreta la ley. Pero, de entrada, nada de compilaciones “con lo mejor de la música para bailar, volúmen 3” en el metro. Nada de ver la peli más nueva antes de que salga en el cine. Quizá, en un segundo momento, nada de fotocopiar libros… y, quizá, nada de bajar música en internet.

¿Y a mí qué?
¿Ya tienes tu cuenta en i-tunes? Sácala ahora. Esto podría desatar una polémica como la que hay en España por las descargas de música. Veremos qué pasa…

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