Parientes incómodos que no quisiéramos ver en estas fiestas
Por: Colaborador
Llegó la Navidad y con ella la época de pachangas, de brindis, de desear el bien sin mirar a quién; aunque todo el año nos hayamos portado mal, no importa, diciembre es nuestra oportunidad para reivindicarnos con el prójimo.
Y entre tantas buenas acciones y costumbres navideñas, se encuentra la bonita tradición de visitar a los parientes, ya sean lejanos o cercanos, o bien, de recibirlos en nuestra casa como quien se deja frecuentar por las celebridades.
Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas, pues hay de familiares a familiares, y existe cada ejemplar que… ¡mejor que ni se acerquen!, pero en fin, no siempre tenemos la oportunidad de zafarnos de ellos. ¿O a poco no, chilango?, todos tenemos por ahí a uno o varios de estos parientes incómodos:
1. El briagadales
A donde quiera que vaya se nota a leguas su mirada perdida, sus mejillas sonrojadas (y no porque esté apenado), su cutis hinchado y un tufo a alcohol del más chafa, que ni él mismo se aguanta. Si tienes un pariente así, lo más seguro es que te caiga para las posadas y le tengas que invitar el chupe.
2. La lagartona
Aquella parienta que te puede hacer quedar muy mal en una reunión, tirándole la onda a todo el que se deje, incluidas tus amistades más decentes o compañeros de trabajo (puede incluso, destruir matrimonios).
3. Los wanna be
Los típicos parientes que preferimos evadir, ya que como ganan dos pesos más que uno, se creen la divina garza envuelta en huevos, y miran a toda la familia por encima del hombro. Lo peor es que no disparan ni en defensa propia, sólo presumen y ya.
4. El rata
Es mejor no cruzarnos con este familiar, pues el patrimonio corre peligro cerca de él. Primero empieza muy confianzudo; después te propone algún “negocio” y, por último, te lleva al baile sin importar el parentesco.
5. El gorrón
La clase de carnal, primo, tío o cuñado que aprovecha el “estás en tu casa”, para caerle a tu chante y acabar con tu despensa del mes, tus chelas y, de paso, gorrearte el wi-fi. Seguro te caerá pa’ Navidad de última hora, con su carita de “come cuando hay”, sin llevar nada ni cooperar con ninguna cosa pa’ la cena.
6. La “patychapoy”
Mejor aléjate de ella, pues ningún secreto se encuentra a salvo, si es que éste llega a sus oídos. Si la frecuentas, seguro serás la comidilla de toda la parentela, pues sacará a la luz tus verdades más íntimas y vergonzosas. Si no tienes cola que te pisen, no importa, ella te inventará algo nomás para chismear.
7. El mitómano
Su mayor habilidad es aventarte sus largas y sus choros; con ello, verdaderamente puede echarte a perder cualquier tipo de reunión. Para empezar, monopolizará la plática y contará su sarta de mentiras nomás para darse a notar; después, como consecuencia, aburrirá a todos los presentes.
8. El sables
¡Híjole!, este personaje si es como para echarse a correr. Se trata del típico cuñado, primo o tío político que nomás te ve y siente la urgencia de pedirte prestado un buen varo. ¡Chale!, ya ni al niño Dios perdonan.
9. El pelado
Dejen lo pelado, sino lo vulgar que es todo él. Cada familia tiene uno: esa oveja negra cuya máxima ilusión en la vida es parecerse a Polo Polo, pero no llega ni siquiera a Platanito. ¡Y no jueguen!, lo peor del caso es que sí se cree chistoso.
10. El catarro
Molesto para todos, más que un resfriadito, se trata de una auténtica influenza H1N1 a la enésima potencia. Castroso como nadie, se dedica a cargarle calor a medio mundo hasta que dan ganas de agarrarlo a patadas. Si amenaza con visitarte pa’ darte el abrazo navideño, mejor dale la vuelta y que se vaya a molestar a otra familia.
En fin, amigo chilango, tener consanguíneos así o ser uno de ellos está del cocol. Así que ya sabes, dales la vuelta y corre sin mirar atrás, evítalos a toda costa en estas fiestas decembrinas. Y ya para despedirnos, cuéntanos ¿tienes algún pariente incómodo?, ¿de qué tipo?