Aniversarios, cumpleaños, frases y colores favoritos son
cosas que deberían quedar tatuadas con laser en nuestra memoria. Sin embargo, eso no pasa y siempre se
nos va a ir alguna. El nombre de
su tía preferida, el del perro que se murió cuando era niña o su mejor
amiga del campamento. ¿Y saben
qué? Ya quiero ver cómo reaccionan si nosotros nos enojamos porque ella no se
acuerda del mejor jugador de nuestro equipo favorito, o cuántos títulos tiene,
o de lo mucho que amábamos nuestros tenis de Penny Hardaway.
¿En términos de importancia es lo mismo
no?