¿Cuándo la usas?

Cuando un amigo/a insiste en que te quedes en su casa. Cuando tu novio/a te invita a la boda o comida familiar de la Tía Rita.

¿Cómo continúas con la farsa?

Si es la de quedarse en casa ajena, probablemente el chantaje venga con un “no te preocupes, yo te presto ropa”, a lo que puedes responder que haz engordado un poco, que no traes cepillo de dientes, crema pa’peinar etcétera. Si es la de la boda, aparece en ropa deportiva, y verás como el susodicho o dicha se hecha para a atrás con la propuesta.

Nivel de efectividad:

2. En una de esas la facha no importa. Además corres el riego de quedar como una persona excesivamente superficial y berrinchuda. Úsalo con precaución.