A menos que los estén obligando a hacer algo terrible –como intentar violarlos–, no digan que no. Aunque se empalmen las fiestas, siempre pueden llegar a la que acabará por ahí de las 6 am.

Acepten toda fiesta y cena que se les presente.

Nunca se sabe qué se puede perder uno si falta a alguna, las personas que conocerán y las anécdotas que tendrán, suponiendo que se acuerden. Digan que sí a la fiesta. A la cena y a la fiesta. Digan ZanasSÍ.