Tu despertador suena a las seis de la mañana. Te metes a bañar en friega, te vistes como bólido y te zampas un tamal que venden en la esquina de tu casa. Otra vez es lunes y debes dirigirte lo antes posible a tu trabajo, o si no, hay tabla.

Al llegar te topas con todas esas especies que ahí también laboran. Esos personajes con los que tienes que compartir el mismo aire. Algunos son chistosones; otros, amargados y unos más, se han convertido en tus meros canchanchanes.

¿Cómo detectar a cada uno? ¿Qué hacer para que el ambiente sea lo menos hostil y podamos convivir en santa armonía? 

A continuación te presentamos algunas situaciones provocadas por esos personajes y la manera en la que puedes identificarlos:

1. Nunca, nunca te hagas el listillo

Sí, ese que quiere presumir su trabajo en todo momento. Que se cree el “mátalascallando” que puede hacer sentir menos a los demás. O sea, está chido que hayas tomado un diplomado que duró un mes sobre “cómo brillar en la oficina”, pero no te pases. Haz tu chamba, sé feliz y mantén contento a tu jefe. Punto.

Personaje a identificar: tú.

Qué evitar: ser el más odiado de la oficina.

2. Evita convertir tu cubículo en una fonda

Entendemos que a veces la carga laboral es brutal, pero de eso a que abras tu bote con chicharrón prensado y frijol y que inunde la oficina con un aroma poco embriagador, es muy diferente. Vamos, date cinco minutos para lanzarte al comedor y entrarle con singular alegría a lo que tu querida mamita te preparó.

Personaje a identificar: de nuevo, tú.

Qué evitar: convertirte en un sahumerio.

3. No caigas en provocaciones

Seguramente en tu trabajo existe ese “mátalascallando” del que hablamos anteriormente. El que te quiere opacar con sus conocimientos, que habla mal de ti y que quiere que todos lo alaben y lo consideren como el profeta de la oficina. En algún momento te tirará mala onda, pero tú nomás dale el avión. Que sepa que tu manejas un nivel Zen.

Personaje a identificar: el sabelotodo

Qué evitar: ponerte al tú por tú con él, pues es como un gato: siempre cae parado.

4. Es un trabajo, no un velorio

No hay nada peor que llegar a una oficina que parece un funeral. Todos callados, jetones y de malas. Tampoco es como para que se pongan una nariz roja y den marometas por los pasillos, pero no está de más sonreír, dar los buenos días e intercambiar dos que tres palabras. Vamos, pasamos más de ocho horas adentro de esos cubículos, hay que hacer que este tiempo sea lo más ameno posible.

Personaje a identificar: el amargado

Qué evitar: que te contagie su mala vibra.

5. Uno para todos y todos para uno

En México somos muy buenos para chambear en modo solitario. El trabajo en equipo no es nuestro mero mole y por ello, debemos echarle más ganitas. Lo mejor es sumar fuerzas, terminar las cosas en tiempo y que las cosas salgan bien. Si esto sucede, habrá más trabajo, ¡y más lana para comprar chelas el fin de semana!

Personaje a identificar: el solimán.

Qué evitar: que te saque de quicio porque se pone sus moños para cooperar.

6. Alerta: radiopasillo

Ah, el chisme. Esas suculentas pláticas en las que nos enteramos por qué el jefe anda de malas todo el tiempo (su mujer le puso el cuerno). Si bien es cierto que a la mayoría de nosotros nos encanta echar el chal, lo mejor es reservar esas suculentas conversaciones para la hora de la comida o abstenerse de ellas. Cuando nos involucramos en los chismes, nos podemos convertir en presas de ellos. Peligroso, muy peligroso.

Personaje a identificar: el chismoso.

Qué evitar: que te conviertas en el tema principal de sus chismes.

7. Aprende de los demás

Tu jefe está en ese puesto por su trayectoria (a menos que sea el hijo junior del dueño y nomás sepa cómo gastar la lana). Aprende todo cuanto puedas de él y de tus compañeros más experimentados. Pide ayuda cuando lo requieras, también se vale. El chiste es que la chamba salga lo mejor posible, no que la riegues y que todos te quieran dar un zape por ello.

Personaje a identificar:

Qué evitar: ser un monolito que no quiere saber nada de nadie

8. Acaten las reglas

En muchas empresas está prohibido que sus colaboradores hagan sus negocitos ahí, como vender por catálogo. Si es así, ¿para qué se meten en broncas? Pueden hacerlo después de la hora de la salida y sanseacabó. De esta manera no habrá interferencias en sus chambas y tendrán un buen pretexto para irse por un café a la cafetería de enfrente.

Personaje a evitar: en esta ocasión no evitaremos a ningún personaje, simplemente no desafíen las indicaciones de la empresa.

¿Qué otras reglas siguen para poder sobrevivir a esa jungla laboral en la que viven inmersos?

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