Cuando se piensa en patiños de videojuegos es casi imposible no pensar en el hermano de Maro: Luigi. Este muchacho se quedó con el título de patiño segundón. Es querido pero nunca llegará a brillar tanto como Mario. Es de buena ayuda cuando se necesita de dos para lograr pasar algunos niveles, ya sea para despistar algún fantasma, o sostener una plataforma, o mover una palanca (como sucede en los RPGs). Pero la verdad… un día de seguro terminá matando a su hermano al puro estilo Caín.