Después de leer esta nota, estamos seguros que la próxima vez que vayas a un restaurante, leerás las letras chiquitas en el menú o terminarás por pagar una estratosférica cuenta por concepto de ambientación.

Resulta que en Venecia, un grupo de amigos se sentaron en el famoso Caffe Lavena, en la Plaza de San Marcos, a tomarse cuatro cafés y tres licores, justo en la terraza en la que se sentaba cada mañana el compositor alemán del siglo XIX Richard Wagner.

Cuando pidieron la cuenta, la suma llegaba a los 100 euros (1738 pesos), porque no se fijaron que el menú incluía un cargo por la música de 6 euros por persona.

Así que los siete turistas tuvieron que pagar 42 euros más por degustar sus bebidas mientras una orquesta de cámara tocaba; más los 6 euros por cada café y 10 por cada licor.

Los propietarios del café dieron una solución: “Si consideraban los precios muy altos, podrían haberse levantado y haber ido a otro lugar, como hacen muchos, o tomarse el café de pie en el interior, donde cuesta un euro”.