Faltan poco más de dos semanas para que Deadpool llegue a los cines. Esta es una de las películas más esperadas y llamativas del año pues el personaje, que rompe completamente con los arquetipos creados de lo que es ser un superhéroe, promete tener un filme igual de enloquecido que su comic.

La campaña publicitaria de la película es una de las mejores que hemos visto, razón por lo cual se espera que en su primer semana llegue a los 60 millones de dólares. Las primeras proyecciones han resultado en comentarios increíblemente alabadores al proyecto y tanto el personaje como sus cómics han obtenido un nuevo nivel de popularidad gracias a esto.

Suena genial, pero no todo ha sido color de rosa para el equipo de producción que lleva ya, en algunos casos (como el de Ryan Reynolds), más de 11 años involucrado en el proyecto. 11 años llenos de frustraciones, malos tratos y bloqueos de producción gracias a causas externas (te amamos, Watchmen). Aquí la historia:

Deadpool nunca fue ese personaje hablador y cínico que amamos. En su primera aparición en The New Mutants #98 de 1991 se planteó a Wade Wilson como un simple guiño al personaje Deathstroke (Slade Wilson), villano de Teen Titans.

Fue hasta 1997, cuando Deadpool obtiene su propia serie, que el escritor Joe Kelly le da todas sus características. Sobre ello él ha explicado en varias ocasiones que no sabía bien qué hacer con el personaje y por ello se atrevía a publicar las cosas más ridículas que se le ocurrieran. Los primeros números aunque odiados por los directivos de Marvel fueron muy bien recibidos y es por ello que al escritor se le dio la misma libertad creativa durante 5 años, hasta que la serie principal de Deadpool termina en el 2002.

Aquí es cuando Artisan Entertainemt anuncia un trato con Marvel para co-producir la película del mercenario bocazas. En el 2004 los derechos le fueron cedidos a New Line Cinema, quienes contrataron a David S. Goyer (guionista de la trilogía del Batman de Nolan) para dirigirla y a Ryan Reynolds para protagonizarla.

El mismo año sucedió algo interesante, pues Ryan Reynolds co-protagonizó la tercera película de Blade. Su personaje Hannibal King es el antagonista del filme, sin embargo, la principal fuente de inspiración para el actor no fue el personaje de Hannibal, en su lugar según declaraciones recientes de Reynolds, lo que trató de hacer es una primera encarnación a Deadpool en la pantalla grande. Es bastante notorio si comparamos la personalidad seria de Hannibal en el comic de Blade y al parlanchín de la película.

New Line Cinema no sabía bien qué hacer con el material, por lo que en Marzo del 2005 los derechos del filme fueron cedidos a la 20th Century Fox. Ellos actuaron rápido y debido a la obsesión de Reynolds por el personaje, decidieron otorgárselo de nuevo.

En el 2009 se contrató a la dupla de guionistas Rhett Reese y a Paul Wenick (responsables de Zombieland) para escribir un primer borrador. Pero las cosas se complicaron, dos filmes serían la prueba que la Fox necesitaba para saber si una película de Deadpool sería un éxito:

La primera de estas es X-Men Origenes: Wolverine, filme en el que Reynolds aparece por primera vez personificando a Wade Wilson. La película fue muy mal recibida y uno de los puntos más criticados fue la aparición de Deadpool en el producto.

La segunda fue Watchmen, película basada en la novela gráfica más importante de la historia. El filme tuvo que ser, debido al material original, pensado desde un inicio como clasificación sólo para adultos y además el costo de producción tenía que ser sumamente alto, por lo que los productores de las más grandes compañías estaban ansiosos de saber si una película con esas características podría ser redituable. Al final el filme fracasó y junto a ello producciones como la adaptación fílmica de Bioshock y la propia película de Deadpool se fueron al limbo.

Después de varios años, Deadpool ganó notoriedad una vez más gracias a la brillante novela gráfica “Deadpool vs The Marvel Universe”, Fox volvió a mostrar su interés en el filme y para el 2011 se fichó a Tim Miller para dirigir la película. Pero hubo otro problema más, ellos querían que ésta fuera clasificación B-15 y tanto los guionistas como Reynolds y Miller se negaron objetando que Deadpool necesita una película para adultos. Fox enojó y paró la producción del proyecto una vez más.

Fue hasta Julio del 2014 cuando se filtró el test footage realizado por el equipo en el 2009 que Fox vio finalmente la capacidad comercial que el personaje tiene, al haber creado tendencia con el tráiler de prueba. Para septiembre del 2014 Fox dio luz verde al proyecto y dio total libertad creativa tanto a los guionistas, como al director y el resto es historia.

¿Tú, qué esperas de Deadpool?

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