¿Quién es el culpable?

Ale Jarillo

¿Por qué es tan placentero?

Este placer si da una culpa tremenda de confesar, hemos de admitir que sentimos que nuestro coeficiente intelectual decrece cada que nos quedamos frente al televisor y empezamos a oír acentos venezolanos o colombianos en un dramón inverosímil que además de anestesiar el cerebro, éste recibe señales que indican que te quedes viendo hasta que termine.

¿Y la culpa de dónde?

Porque son cursis, llenos de estereotipos, es la misma historia siempre, son de pésimo gusto, son basura.