Tiempo de dar… y recibir. En la escuela, en la oficina, o en la cena familiar, es una costumbre capitalista comprarle un regalo a alguien. Pero como la economía no da para más, una tradición muy noventera es la de los intercambios de regalos. Al principio era emocionante <>, no existían las listas de regalos y el factor sorpresa era parte de la magia de la navidad.

Ahora estas lindas dinámicas de integración han mutado a distintas modalidades:
El intercambio de regalos chuscos
El que tiene que ser por que sí.
El de la lista obligatoria, con tope de precio.

Esta semana, la decisión es de ustedes:

Éntrenle a la dadivosa discusión en la sección de comentarios.
Feliz preNavidat.