Eso andan diciendo todos aquellos que por alguna razón hantenido que hacer uso de los desechos de su cuerpo para sobrevivir.Ycon la historia de los mineros de Chile, este tipo de detalles se habían dejadode lado, porque durante gran parte de su encierro, ellos tuvieron comunicacióncon el mundo.

Peroa unos días del milagro chileno, uno de los casi héroes ya reveló que sí debieron tomar orina para sobrevivir.

JoséOjeda, autor del famoso mensaje: "Estamos bien en el refugio los 33", y quienpor cierto va a registrar la frase para lucrar con ella, reveló que antes dehacer contacto con las autoridades él y los otros 32 mineros atrapados bajotierra bebieron orines para no tomar agua contaminada.

Enel periódicoEl Mercurio, Ojeda narró la desesperación que sufrieron los primeros días, cuandocreían que nadie los encontraría.En el refugio había comida y agua parapocos días y para menos personas, entonces tuvieron que hacer uso de sí mismos.

”Encontramos10 litros de agua mineral sin gas y 18 litros de leche, ocho litros estaban agrios,malos, no se podían tomar. Yo bebí orina al séptimo día. Se lo comenté a losdemás, y me dijeron que estaba loco. Otros prefirieron tomar agua contaminadaque estaba en unos tambores. Fue raro también que nadie se enfermara, y así noslo dijeron los médicos cuando la analizaron".

Yaunque bebieron orina, no le hicieron a los ratones, eso si que no, dijonuestro minero.

”Enlas minas hay ratas, pero allá, a 700 metros, no había nada… sólo calor insoportabley mucha, mucha humedad.

Cuando en México nos enteramos de la historia de los náufragos que fueron rescatados después de estar nueve meses a la deriva en aguas del Pacífico, todas las historias macabras corrieron de boca en boca: que si se habían comido a otro compañero pescador, que si en realidad vendían droga y un largo etcétera etcétera.