A diferencia de industrias como la discográfica y editorial, el porno es de los grandes beneficiarios del poderío de Internet. La web nació para el porno y definitivamente sería un deceso lamentable para millones de pervertidos a lo largo y ancho del país. El anonimato se perdería y tendrías que llegar con tu cara de cuzco raboverde a pedir tus publicaciones cochinas con el voceador. Adios Pornotube, ahora tendrás que encontrar nuevamente un escondite para tu dotación de pornografía en tu recámara. Y sin duda, los casos de crecimiento capilar en las manos disminuirían considerablemente. ¿Qué más pasaría?

  • Los niños tendrían que ingeniárselas nuevamente para conocer a sus actrices favoritas tal y como las trajeron al mundo.
  • La productividad en empresas crecería exponencialmente.
  • Los distribuidores piratas no se darían abasto y todos seríamos traficantes potenciales del material audiovisual para adultos.
  • El Cinema Golden Choice retomaría sus interminables “Noches de Clímax” de 10:00 pm a 7:00 am.