¿Qué significaba?
Se entrega caliente y en menos de media hora.

¿A quién se lo decían?
A la chica que bueno, para no pensar mal, era fácilmente conquistable. Con un par de cartitas de amor, unas saliditas al cine pues… podías llegar fácilmente a segunda base. Por lo general no era de malos bigotes y su fama era por culpa de los ñoñazos que habían sido rechazados por esta deidad puberta. Muchas veces, el apodo encajaba a la perfección y la chica en cuestión era una “perdida”.