A todos nos gusta salir de vacaciones. Es un placer alejarnos de toda esta
pesadilla llamada vida laboral o escolar.
Aún así, por más que amemos viajar, creo que puedo hablar por casi todos
cuando digo que no nos gusta volar.
El vuelo siempre es un suplicio.
Es muy difícil pasarla bien porque o tienes pánico y te empastillas para
dormirte todo el trayecto, o no te puedes tomar nada y andas sudando frío en el
despegue y aterrizaje, o no sabes qué hacer durante esas 4 horas, odias la
comida, no te dejan dormir, hay turbulencias, la película es malísima, bla, bla
y bla.

Así que después de meditarlo bien, creemos que los vuelos
podrían ser mucho más disfrutables si implementaran cosas divertidas. Y como me encanta pensar en cosas
irrelevantes, estúpidas y totalmente imposibles de realizar, he aquí algunas
opciones que podrían hacer de los vuelos una experiencia mucho más grata.
Y no son como la "telenovela" de Volaris.

Guarden su mesita, enderecen el respaldo de su
asiento, respiren profundo y denle a siguiente.