Las cosas en el Medio Oriente llevan peludas por meses, pero el caso de Libia ha mostrado ser el más complicado de todos.

Después de Túnez y Egipto, rebeldes libios tomaron las calles de las ciudades más importantes del país para tratar de derrocar al gobierno de Muamar el Gaddafi, que lleva ejerciendo poder autoritario y represor por más de tres décadas.

Sin embargo, a diferencia de los otros países mencionados, en Libia se han encontrado de manera violenta rebeldes y fuerzas oficiales, dejando saldos de docenas de muertos y cientos de heridos.

Aunque parecía que las fuerzas de oposición iban firmes en su camino a la victoria, esta semana Gaddafi y los suyos lograron retomar muchos espacios de Tripoli, la capital del país, así como otras ciudades importantes con los 6,000 miembros del ejétcito en activo.

El gobierno de los Estados Unidos ya regañó a Gaddafi, le dijo que se pusiera guapo, dejara de matar gente y doblara un poco el brazo. El líder libio, un locazo legendario, se ha negado en reiteradas ocasiones a dejar el poder ("la gente de Libia ME AMA", dijo recientemente) y no parece que haya final cercano al conflicto.

Chin.