Todos hemos sentido la imperiosa necesidad de dejar fluir algo de nosotros en el momento en que estamos en compañía de alguien más. Y como no queremos oírnos tan vulgares y soeces, buscamos frases equivalentes a “voy a ir al baño”. Sin embargo, a veces el remedio sale peor que la enfermedad y terminamos diciendo una de estas joyitas que harían palidecer al mismísmo Alfonso Zayas.

Voy a po-polvearme la nariz

Es un clásico de las mujeres decir, “voy a polvearme la nariz” o “voy a retocarme el maquillaje”, cuando en realidad todos sabemos que va a descargarse al baño como un vikingo después de comerse un reno entero. No nos engañan, chavas, es obvio que ustedes también tienen necesidades y a nosotros no nos importa que lo hagan mientras cierren la puerta y usen aromatizante. A la próxima pueden aplicar el “voy a po-polvearme la nariz” si quieren sonar elegantes y sofisticadas.

Voy a tirar el miedo

Hay ocasiones en los que estamos a punto de tomar una decisión crucial o de efectuar un acto sumamente importante. Pero no podemos hacerlo porque nuestro organismo está ocupado siendo un recipiente de fluidos o desechos sólidos y así la mente simplemente no puede pensar con claridad. Por eso, antes de hacer cualquier cosas de vital importancia, te aconsejamos tirar el miedo y dejar que fluya y se vaya lejos.

[De los creadores de esta nota: Formas nacas de decir que hoy toca echar pasión]

Voy a echar una firma

Si usted no ha utilizado su órgano viril para escribir o dibujar mientras orina, sencillamente ha fracasado como hombre. Podemos entender que la labor es más complicada para las mujeres que siempre hacen de aguilita, pero macho que se respeta usa su pilín como manguera apagafuegos para hacer más divertido y lúdico el acto del orín. Si usted no lo ha hecho, hombre, ha deshonrado a su género. Corra al baño más cercano y échese una firmita, sin olvidar poner los puntos sobre las íes.

Voy a echar la nutria al río

¿A poco no son hermosos estos acuáticos animalitos? ¿Cómo resistirse a la tentación de liberar a la nutria, si esta bella criatura cafecita nació para surcar las aguas? Así que la próxima vez que vaya usted al baño, ya puede sentirse todo un activista en pro de los derechos de los animales. ¿Para qué ir a marchas contra los animales en los circos si puede usted liberar nutrias en la comodidad de su casa o trabajo? Piénselo.

Voy a columpiar el tamarindo

Ésta es una belleza de metáfora que abarca diferentes aspectos de la materia fecal. La forma, el color, la longitud, todo. El que haya establecido esta similitud simplemente merece ser reconocido como el Neruda de la corrientada. Ahora, al tamarindo no sólo se le arroja, sino que se le columpia. Se le da un último momento de diversión antes de ser enviado al olvido, como si se tratara de su última voluntad. Ojo: usted nunca podrá volver a comerse un dulce de tamarindo con el mismo ánimo.

Me voy a echar un tronco

¿Está usted preocupado por el destino de la selva tropical? ¿Le roba el sueño saber el grave progreso de la deforestación en zonas protegidas? No se preocupe, échese un tronco y ayude al equilibrio natural de los ecosistemas. No importa si es una varita de nardo o un árbol del Tule, lo importante es ayudar. Cada tronco tiene su calibre, no son competencias. No se esfuerce por echar un tronco más grueso del que su cuerpo le puede dar, luego por eso llega la temida hemorroide.

Voy a dar a luz

¿A poco no cada que van al baño sienten que están pariendo un hermoso trozo de su ser? ¿No les ha pasado que de tanto aguantarse las ganas o por fallas en la digestión traen una panza equivalente a la de un embarazo de seis meses? No se preocupen, recuerden la sabia frase que podrá ayudarlos si ya les entró la duda del origen de su vientre abultado: si está aguada, es cag…, si está dura, es criatura. ¡EL GAAAAS!

Voy a echar a volar la cacatúa

Si usted despeina la cotorra con singular alegría, ¿por qué no echar a volar la cacatúa? También puede echar a nadar al zopilote, si es que las dimensiones de su ave son considerables y una cacatúa se le hace chiquita.

[Y para llenar el tanque, te recomendamos estas botanas asquerosamente ricas]

Voy a liberar a Willy

Liberar a Willy o liberar a Keiko es uno de los clásicos que sólo entienden los chilangos que tuvieron el gusto de ir a Reino Aventura, se subieron a La Catarina y se tomaron la foto con Cornelio. Así que cada que vamos al baño y decimos “voy a liberar a Willy” en realidad estamos haciendo un homenaje al DF de antaño, cuando había Burger Boy, Danessa 33 y te quitabas el calor con un Raspatito llegando de la primaria.

Voy a salpicar los cachetes

El que no haya quedado salpicado de las nachas después de haber arrojado un cuantioso paquete al excusado, que tire la primera piedra. Es como echar una piedra a un lago, es imposible no salpicar. Además hasta puede ser refrescante y humectante para el cabús, no se enoje si eso le sucede y mejor disfrute de la rociada, que es uno de esos placeres gratuitos que la vida nos da.

Voy a pasear al Pokémon

Si tiene usted un amigo nerdo, de esos cuya cita ideal es ir a la frikiplaza a jugar Yu-Gi-Oh! o ir a una convención a hacer Cosplay, seguro aplica la de “voy a pasear al Pokémon”. Ahora que si su amigo se pone más nerdoso, puede aplicar el caso a un pokémon en particular y decir algo como “voy a liberar a Butterfree” o “voy a desenterrar a Diglett”. Nos detenemos porque la cosa se está poniendo muy gráfica.

Voy a despedir a un amigo del interior

Esto lo podemos aplicar todos los chilangos que tenemos amiguitos de provincia. ¿A poco no es una chulada despedir a los amigos del interior? Los queremos mucho, pero sabemos que hay un momento de dejarlos ir, por su bien. Si tienes un amigo del interior, déjalo libre. Si regresa es porque el baño se tapó, si no, todo está bien.

Voy a reiniciar Windows

Cuenta la leyenda que el tiempo que tarda una computadora con Windows en reiniciarse es exactamente el mismo que toma ir al baño para echarse un buena “reflexión”. Así que si ves la compu de un amiguito godínez reiniciándose y él no se encuentra en su lugar, puedes deducir que está en el baño resolviendo un trinomio cuadrado perfecto.

[No está de más, checa este manual de etiqueta en el baño del trabajo]

Voy a externar mi malestar

Señores, todos sabemos que hay que dejar ir las cosas malas. No es bueno quedarse con nada, porque luego se les puede reventar una tripa, más vale PrevenIMSS. Por eso, la próxima vez que sienta usted un malestar, extérnelo, no se lo guarde. Luego dicen que la gente no es gorda, sino que está llena de resentimiento (o de desechos). Aprenda a dejar ir y luzca una bella figura. Y si requiere una ayudita extra, la ciruela pasa es su aliada.

Voy a Cacahuamilpa

Este debería ser uno de los slogans de la Secretaría de Turismo. “Yo sí voy a la grutas de Cacahuamilpa”, acompañado de una chica sonriente porque al fin logró dejar ir “sus penas”. Ahora que también pueden ir al Popo-catépetl, al lago Titi-Caca o al Acon-cagua o incluso a Popotla. Opciones hay.

Y bien, ¿cuáles de estas joyas de la corona se sabían? ¿Cuáles han aplicado? ¿Se saben otras que nos quieran compartir? Al fin y al cabo entre nacos nos entendemos, déjense venir.