La noche del miércoles pasado, todos tuvimos por lo menos un momentito de angustia: se reportó que en el municipio de Cuautepec, en Hidalgo, cayó un meteorito. El cuerpo celeste cruzó los estados de Puebla e Hidalgo, y luego se fue a impactar contra el suelo. Pero repetimos: un meteorito. No sabemos si tú lo has visto en la tele, pero un meteorito impactándose contra la Tierra puede significar, quién sabe, ¿la extinción de la vida en el planeta, quizá?

Aunque quizá no estaría tan mal que algunas cosas dejaran de existir…

Nos imaginamos encendidos en llamas, con el cielo oscurecido, la atmósfera quemándose, y, peor, un Bruce Willis que ya no está para estos trotes. Pero no pasó nada, y, una de dos: o se trataba de un meteorito bien huevón, o había algo raro ahí. Igual: estando en México, sin Will Smith en la jugada, ¿quién iba a salvarnos?

Mmm… nah…

Después de que la NASA y hasta la incipiente Agencia de Investigación Aeroespacial Mexicana (instertar risas) hicieran concienzuda investigación, se dieron cuenta de que no había bronca, nomás se trataba de basura espacial que había caído en algún lugar de Hidalgo, luego de entrar por Puebla.

Basura espacial que llegó de Puebla: nunca antes se definió tan bien a los pipopes.

Nosotros tenemos otra hipótesis: ¿te acuerdas de Laika, la perrita rusa que mandaron al espacio por allá en los sesenta, a la que luego dejaron morir allá afuera y Mecano le escribió una canción? ¿Qué tal que desarrolló inteligencia como el chango de “El Planeta de los Simios” y ahora intenta vengarse? ¡Ése sí que sería un evento apocalíptico!

Aunque la cosa de Laika podría ponerse peor: dicen que éstos regresan. Otra vez.