Pues por lo visto el gobierno de nuestra nación decidió queel peor insulto que le puedes decir a un niño es "gordo". Y por lo tanto, para nunca jamás volvera molestar a un niño con esa palabra, se prohibió todo tipo de comida chatarraen las escuelas. Está bien, creoque cualquier medida que se hubiera podido tomar para evitar mi obesidad actualhabría sido muy bien recibida. Aúnasí, aunque nuestros niños estarán más sanos y en mejor estado que sus papás,se perderán de muchos placeres a la hora del recreo. Placeres gastronómicos, malpensados.

Así que recordemos un poco. Pensemos en aquellos dulces manjares que empezaron asubirnos el colesterol y que ahora los niños no podrán disfrutar mientrasaprenden y se vuelven metrosexuales.

Vayan abriendo el Submarino y denle a siguiente.