¿Cómo lo identificas?

El metro se frena de súbito en la estación que sea. Sube un hombre con una mochila particularmente gruesa, toda gordita, con dos bocinas saliéndole por los lados. El tipo que lleva la mochila trae un discman (él le dice “dicsman”) en la mano. Las puertas del metro se cierran, y entonces este personaje presiona un botón y comienza a sonar el mix que le da inicio a un cd, en el que Lady Gaga y Pitbull se mezclan pavorosamente. El personaje mutea la música: “¡Son 250 temas en formato emepetrés con lo mejor de la música para bailar!”. Le vuelve a subir. Son probaditas de las canciones que te han puesto hasta el cansancio en todos lados. Otra vez le baja: “Póquerfeis de Leidigagá, Wisínyyandel, Quéitiperri y muchos más, llévelo por diez pe-sos”. Entonces le sube a la música, recorre el vagón del metro justo a tiempo para bajar en la siguiente estación, en la que subirá otro vendedor de discos pirata, ofreciendo los grandes éxitos de Juanga, o de José José, o de la salsa, o de la música instrumental, o…

¿Qué quiere?

Vender, vender, vender. Nada más.

Es chocante porque…

Ponen la música demasiado alto, hacen mixes de presentación del disco que son aberrantes, son piratas, y hay miles de ellos en los túneles del metro.

Su empleo alternativo:

Vendedor de cualquier otra piratería.