Un lugar donde los acontecimientos pueden llegar a ser más inverosímiles y absurdos que un pensamiento irracional enloquecido y arraigado en la imaginación.

Un lugar donde incluso las cosas inertes y abstractas conspiran, dando lugar a situaciones que a veces ni los mismos mexicanos, ya tan acostumbrados a ver (o hacer) las cosas más raras, pueden creer.

Y así, el tráfico, las inundaciones, una vida gastada en la diaria jornada laboral, la imparable alza de precios y los funcionarios que nos aquejan con el augurio de un destino apocalíptico y fatal, dan paso a que uno a uno, después de tanta inverosimilitud, los mexicanos comiencen a desquiciarse y a quejarse de absolutamente todo:

?¡Maldito tráficode %&$!#?!?.

?Hijo de la &%=/# ¡¿qué no ves?!?

?Soy un jugo, ¡no me tomes, no me tomes!?

?¡Seeeeggggnnnnoooora! ¡El niño memito metió la mano al ácido nítrico?!

Todo es tan caótico, que parece no haber escapatoria. Una nube de brea llamada smog nos envuelve. Nos sentimos como uno de esos seres mutantes que logró sobrevivir a la tercera guerra mundial. Ya nada es bueno, todo es oscuro, todo esta mal.

Pero? ¿por qué no? Date un respiro e intenta verle el lado bueno a las cosas. ¿Hay una inundación? Venecia no está tan lejos como crees; toma una tabla, una buena rama y violà: tu góndola está lista para navegar.

¿El tráfico es infernal y de verdad ya no lo soportas más? Quita la llanta del coche y vete rodando en ella estilo monociclo hasta el trabajo. Seguro llegas más rápido y un poco de ejercicio nunca viene mal.

¿Estás harto de que los precios suban? Deja de comprar todos los productos e invita a todos los de tu alrededor a hacerlo. Si logras que nadie compre y que las marcas no vendan nada, seguro bajarán sus precios, por más irreal que suene.

La vida tiene muchas caras, ¿tú qué cara le ves?