Éste pudo haber sido un crimen más, pero los personajes, familiares e instituciones involucradas rebasaron lo que al principio fue calificado como en la siguiente nota del 21 de septiembre del diario La Prensa:

«Un caso de amor salvaje ocurrió ayer entre una pareja de novios, luego que por presuntos celos discutieron, pero las cosas llegaron a tal extremo que se agredieron con armas blancas y la mujer murió desangrada por las profundas heridas. Los reportes de las autoridades señalan que los protagonistas de este caso fueron identificados como Oswaldo (sic)Morgan, de 28 años, y su novia, de la que sólo se sabe respondía al nombre de Aline (sic).»

Hubo cosas que los diarios omitieron. En primer lugar, que Osvaldo es el menor de los hermanos de Humberto Morgan Colón, actual responsable del Programa de Educación e Integración Alternativa de la Secretaría de Educación del DF y ex diputado por el PRD en la IV Legislatura. Esto no se supo sino hasta que el grupo feminista «Alí somos todas» se lo hizo ver a las autoridades capitalinas: temían que hubiera trato diferencial hacia Osvaldo.

Esta agrupación feminista nació antes del asesinato. «Éramos una colectiva, un grupo que no tenía nombre y que trabajaba en grupos de autoconciencia», afirma una de las dirigentes de la agrupación, quien prefiere conservar el anonimato. Alí pertenecía a ese grupo, donde las mujeres también leían poesía y compartían sus expresiones artísticas.

Tras la muerte de Alí, el grupo tomó otra vocación: «Nos organizamos, nos hablamos para investigar quién sabía algo y quién había estado en la fiesta», dice la dirigente. Su primer acto público fue el 2 de octubre de 2009, cuando decidieron unirse a los grupos que cada año conmemoran el aniversario de la matanza de estudiantes en Tlatelolco.

Solicitaron asesoría de la Comisión de Derechos Humanos capitalina y el Instituto de las Mujeres del Distrito Federal (Inmujeres-DF) para exigir la pena máxima para Osvaldo. En la primera audiencia, el 5 de noviembre de 2009, Rosaura Ramírez Zamudio y Alejandra Macías Delgadillo, asesoras del área de Políticas y Prevención de Violencia contra las Mujeres del Inmujeres-DF, se entrevistaron con el juez que llevaba el caso, Francisco Salazar Silva. Le pidieron imparcialidad y transparencia en el proceso. Argumentaban que el crimen de Alí era un feminicidio, aunque esta figura no esté tipificada en las leyes mexicanas.

Según el libro Feminicidio: una perspectiva global de Diana E.H. Rusell y Roberta A. Harmes, los feminicidios «son asesinatos motivados por la misoginia: implican el desprecio y el odio hacia las mujeres».

Argumentaban que el crimen de Alí era un feminicidio, aunque esta figura no esté tipificada en las leyes mexicanas.

El abogado de Osvaldo, Gerardo Urrutia, refuta la acusación: «Argumentan feminicidio; primero deben saber el concepto de esa definición para juzgar. Osvaldo convivía con tres mujeres, con las que compartía la renta, hacía limpieza, nunca tuvo antecedentes de agresión, hasta antes del crimen, hacia otras mujeres. La acusación se cae sola», reviró.

El «linchamiento hacia Osvaldo», como lo llama Sofía Beatriz López, una de las tres compañeras de departamento de Osvaldo, se trasladó a otros sitios: «Tengo a Osvaldo como amigo en Facebook y una chica que ni conozco me empezó a reclamar; me cuestionaba que tenía a un asesino como amigo». En otra ocasión, Sofía escuchó un comentario de una chica que dibujaba a Osvaldo como un monstruo que odiaba a las mujeres, aunque ella niega que así sean las cosas.

Cuando ingresó al Reclusorio Norte, la foto que aparecía en la ficha de detención de Osvaldo no correspondía con su rostro. Ello generó sospechas entre los grupos que buscaban el castigo de Morgan. Aunque el error fue corregido, las agrupaciones que pedían castigo creyeron que el plan era liberarlo.