El ortopedista Antonio Cuéllar y la enfermera Belem Salcedo amanecieron el 2 de abril sobre la banqueta de Insurgentes, en Tlalpan, frente a su trabajo: el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía (INNN) Manuel Velasco Suárez. Se habían ido a huelga de hambre.

La plantilla laboral de INNN, acusaban, había sufrido años de “hostigamiento” y la dirección había cometido graves faltas, como el mal uso de recursos. El blanco de sus reclamos era el director saliente del nosocomio: el doctor Julio Sotelo Morales. Ese miércoles, la radio, la TV y la prensa repitieron una y otra vez el nombre del acusado.

Al día siguiente, justo al iniciar el conteo de sus horas sin alimento, una nota apareció con estruendo en la primera plana del periódico Reforma: «Descifran mexicanos esclerosis múltiple». El descubrimiento había corrido a cargo de dos médicos mexicanos. Uno de ellos, el propio Sotelo.

Si la información era real, ese 3 abril de 2008 pasaría a la historia: en breve, podría estar lista la cura de la segunda causa de muerte neurológica en gente de 20 a 40 años en buena parte del planeta, México incluido. En el mundo, se estima, hay 6 millones de enfermos. «Un descubrimiento hecho por los científicos mexicanos Adolfo Martínez Palomo y Julio Sotelo Morales —indicaba el texto— rompe los paradigmas médicos y clínicos en torno a este padecimiento neurológico: la esclerosis múltiple es causada por el virus que origina la varicela».

Dos mexicanos, pese a las carencias de la ciencia nacional, develaban que el virus de la varicela zoster era el origen del atroz padecimiento descubierto en 1868, cuyo efecto, cada año, son, además de miles de muertes, gente con pérdida de masa muscular, paralizada y con diversos daños neuronales.

“Revolucionan medicina”, fue el título en la nota de interiores del diario. Ahí, Sotelo, hoy titular de la Comisión Coordinadora de los Institutos Nacionales de Salud y Hospitales de Alta Especialidad, mataba cualquier duda y alimentaba las ilusiones: «‘Con este hallazgo la enfermedad más importante de la neurología va a estar controlada’, adelanta Sotelo en entrevista con REFORMA», señalaba el texto.

Del artículo publicado en la revista Annals of Neurology, con el cual la hipótesis de Sotelo fue validada, casi no se decía nada.

La agencia noticiosa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) repitió la información del diario, la envió a medios nacionales e incluyó más dichos de Sotelo: «Es un estudio demostrativo que consigna con contundencia la presencia del virus en el sistema nervioso de los enfermos y, en consecuencia, que es el causante de la esclerosis».

Se sumaron EFE, televisoras locales y diarios. En horas, la combinación en Google de las palabras Mexicanos descubren causa de esclerosis múltiple ocupaba 2,200 páginas web de México e Iberoamérica.

Pasaron 11 días de fiesta y entrevistas. Conmovidos, enfermos, instituciones y organismos asistenciales —como la Asociación Mexicana de Esclerosis Múltiple— contaban los días para tener la vacuna.

De la huelga de hambre y los cargos contra el médico nadie se acordó más. En horas, el imputado fue héroe.