Salvajada, la de un muchacho de 22 años (Jared Loughner) que salió a disparar a un contigente político a las afueras de un centro comercial de Tucson, Arizona.

Mató a seis e hirió a 14, entre ellos a la representante Demócrata de Arizona, Gabrielle Giffords, a quien acusó de inclinaciones conservadoras para temas de migración y derecho a portar armamentos.

Gliffords se encuentra en estado crítico y el muchacho fue arraigado, en el que parece ser el primer crímen político (esperemos, el último) en la era de la administración de BarackObama. Murió también un juez federal de la entidad y una niña de seis años.

Así las cosas en Estados Unidos, tierra polarizada en sus luchas políticas intestinas y que no logra aún superar su debacle económica.