Todos hemos sido testigos de la invasión oriental en la ciudad. Desde los artefactos Made in China como las caricaturas, la comida, los rituales, hasta la moda, la música y sus rarezas. Aunque esto nos parezca algo muy normal, no siempre lo fue así.

Todo empezó con los Nintendo, los súper campeones y pokémon, estos objetos fascinaron a los mexicanos de tal forma que el fanatismo superó el fervor por el rock, las guitarras y los excesos. Ahora hay gente que en vez de pagar por ver una banda, hacen lo propio por ver a un hombre cantar el tema principal de Dragon Ball Z.

Ellos son los otaku, sujetos que han llevado su fanatismo por el manga o el animé a otros niveles y han invadido lugares como la FrikiPlaza del DF, la Plaza Garibaldi en Monterrey y el Tianguis Cultural de Guadalajara.

Nuestros amigos de Vice se lanzaron a convivir con cientos de pokemones, sayayins, hadas y demás criaturas en ConComics.