“Estudia otra cosa, medicina, derecho, arquitectura”, me decía mi mamá
hace algunos ayeres. Y, nada, hoy lo pagué caro (¿la exagerada no vino?): mi
curiosidad ‘reporteril’ me provocó dolor de estómago.

En la mañana escuché que la SEP había publicado la lista de comida
chatarra (ellos dicen sana) que seguirá vendiéndose en las cooperativas
de primarias y secundarias. Y para confirmar la información llamé a la
Secretaría a cargo de Don Alonso Lujambio.

No es aberración, pero apenas oí la rola colgué el teléfono (obvio, volví
a marcar). Y cuando creí que no tendría que volverla a escuchar, ahí, en
un conmutador, estaba la voz de Aleks Syntek… Siiiiií!!! Con su insufrible:
"Shala lala lá, el futuro es milenario, Shala lala lá…".

Si no quieren ser sorprendidos como yo lo fui, sugiero que durante septiembre
no llamen a esa Secretaría, porque la operadora no responde hasta que la
dichosa canción acaba #llorocomosyntek.

Ahora supongo que los fans del ex actor de Chiquilladas (¿tendrá?, ¡que osazo serlo!) deben
estar muy contentos, ¿no? Porque según el perfil de Twitter del cantante
(medio pusilánime, o completamente, diría yo, ya ven que no aguantó unos cuantos cocolazos)
este miércoles 8 volvió a la red social.

“Regresaré de manera oficial al Twitter el miércoles 8 con una sorpresa
para todos, estén pendientes”, amenazó.

Syntek…, bueno, yo te
recomendaría que si eres de piel tan sensible, mejor te abstengas; porque ya
tengo preparada la pregunta que te haré desde mi cuenta –anótala, soy @Naxchelli–: "¿Aleks sentiste
feo cuando la propia SEP negó que tu canción era la oficial?; ¿neta
tan malita era la rola que te dejaron morir solo?

Jajajajaja, ashhh, bueno, ya lo dajaré en paz.


Acá va el fragmento de una versión que describiría mejor el espíritu de la cancioncita esa:

Shala lala lá, el himno de Syntek es un asco,
Shala lala lá, por favor denme un balazo,
Shala lala lá, ¿qué le pasa a Lujambio?
Shala lala lá con el Bicentenario…

P.D. La sorpresota que Syntek nos tenía guardada era la descarga gratuita de una canción. "Sin motor", se llama. Sí, otra vez me ganó la ‘curiosidad reporteril’ y la bajé para escucharla. ¡Osh!