José N. es una de esas personas con las que día a día muchos mexicanos tenemos contacto y de los que se han hecho muchos chistes: es cajero de OXXO.

Es dicharachero y buena onda. Mientras su hermana (la jefa de tienda) se aplica a rellenar los anaqueles con frituras, cacahuates japoneses y dulces, él se da un tiempo entre que atiende a los clientes y hace algunas labores menores para contestarme esas preguntas que todos los chilangos a veces nos hacemos acerca de estos personajazos.

-Qué onda amigo, entonces tengo entendido que tienes poco más de un año y medio como cajero aquí.

-Sí, hace más de un año que mi hermana es jefa de tienda y pues aquí chambeamos en familia. Trabajamos él, mi esposa y yo.

-Eso se me hace curioso. En muchos otros empleos el nepotismo está mal visto, es decir, contratar a tu familia si eres parte de una institución, pero en los OXXOs es muy común, ¿no?

-Lo que pasa es que se necesita gente de mucha confianza, sobre todo porque manejamos lana. La tentación de manejar dinero a veces le gana a la gente, entonces es una manera en que los líderes de tiendas se protegen de que les vayan a robar. Un error cuesta dinero.

-Hablando de errores, ¿qué pasa cuando un producto está mal etiquetado y resulta que está exhibido como más barato?

-Pues lo tenemos que pagar nosotros. Pon tú que algo que cuesta 20 pesos en el anaquel dice 8 o 10. A veces se maneja tanto producto que en los mismos anaqueles al ponerlos te confundes. Hay gente que sí agarra la onda, pero otros se te ponen pesados. Y ni modo, les tienes que respetar el precio y tú como cajero sales perdiendo.

-¿Nunca te has equivocado al poner una de las famosas recargas de celular o al depositar en una cuenta de banco?

De cuentas bancarias no (hace como que toca madera para evitar la salación), pero de las de teléfono sí ha pasado. Pero no somos nosotros. Por eso reconfirmamos el número y se lo enseñamos dos veces en pantalla. Luego sí vienen a decir que estaba equivocado, pero esa ya no es nuestra bronca. Si nos lo dieron mal dos veces, ¿qué culpa tenemos nosotros?

Ratas pequeñas y ratas más grandes

Como cajero, José tiene que lidiar con muchas raterías. Hace un año, cuando llegaron con mucho entusiasmo a la colonia y abrieron la tienda, creyeron que todo sería miel sobre hojuelas. Aprendieron a la mala a no ser tan confiados porque las raterías les hacían mermas importantes que salían a relucir en los inventarios.

-¿Qué es lo que más se robaban?

-Las latas de atún, no tienes idea de con cuántas nos daban baje. Al principio las teníamos exhibidas ahí junto a las papas. Ahora las tenemos acá (señala la parte trasera de la caja). Al hacer los inventarios nos llegamos a dar cuenta de que nos faltaban hasta 500 pesos de puros atunes.

-¿Qué otros productos se roba comúnmente la gente?

Antes las chelas. Una vez un wey se metió, abrió el refri y como si nada, se llevó un cartón entero y en chinga lo metió a su coche. Ahora como puedes ver la parte del alcohol la tenemos bajo llave por lo mismo. También los dulces, se les hace fácil agarrarlos y embolsárselos.

-¿Y los jochos? Porque veo que tienen letreros de que primero hay que pagarlos en caja.

-Por eso tuvimos que poner esos anuncios. Antes, a veces llegaban en bolitas de amigos, se preparaban cosas y luego llegaban a cajas y nada más pagaban otras cosas y los que se habían preparado los jochos se hacían weyes y se iban sin pagar. Y son cosas que termina pagando el cajero.

-También veo que ya tienen del otro lado los vasos del café…

-Sí, es que se los llevaban ya no digas uno o dos, sino todo el paquete y luego con todo el descaro todavía lo venían a rellenar.

-¿Te han tocado asaltos?

-Dos veces, y uno a mi esposa. Está bien gacho. Una vez me asaltaron con un machete tipo Rambo y otro con pistola.

-¿Cómo fueron estas experiencias, se pusieron violentos?

-No, porque cooperé. Finalmente no son mis cosas. A mí la diabetes de un susto nadie me la va a quitar. Hasta les embolso las cosas si quieren.

-Supongo que para eso está la famosa ventanita, para protegerse de los asaltos. ¿De qué hora a qué hora atienden por ahí?

-A partir de las 10 y media de la noche. Es por nuestra seguridad, y volvemos a abrir la puerta normal a las 6 de la mañana. Aunque los domingos a veces abrimos ya a eso de las 7, porque todo el mundo anda bien crudo y hay mucho borracho violento por las calles. Es lo único como vendedor que tienes para protegerte.

¡El borracho! ¡Lotería!

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tellas (Pável M. Gaona)

Aunque su trabajo le gusta porque se mantiene activo y conoce a mucha gente —se le nota lo platicador y lo buena onda—, cuando le pregunto qué es lo más difícil de su chamba no duda en contestarme que lidiar con los borrachines. Es por ellos que ahora las chelas, las coolers y otras bebidas se encuentran bajo llave.

-Los borrachos son una cosa muy especial. Aunque los atiendas por la ventanita se ponen muy locos. Vienen y golpean en la puerta así (le da unos manotazos fuertes al mostrador, imitándolos) para que los atiendas de inmediato. Tú a veces andas haciendo limpieza o e inventario y ellos creen que nada más estás ahí en la puerta esperando a que lleguen. Son pesados.

-¿Y se han llegado a poner más violentos?

Puras cosas verbales, no ha pasado de una mentada de madre. Pero pues es gacho, uno está trabajando.

-Estoy viendo que en este letrero dice que anticipen sus compras, porque a partir de las 12 en punto se deja de vender alcohol, ¿ustedes respetan eso?

-No hay de otra y eso es otra cosa que no entienden los borrachos. Aunque quisiéramos, si después de las 12 tú pasas un producto por la caja, el sistema te lo rebota: sale una leyenda que dice “venta fuera de horario”, el sistema se desbloquea hasta el otro día que ya te deja volver a vender alcohol. Se encabronan con uno, pero ésas son cosas que la gente no sabe.

-También veo que hay letreros que dicen que no se venden cigarros ni bebidas a menores, ¿lo respetan?

-Huy, con eso hay que ser bien cuidadosos. A menos que ya se vean grandecitos pues sí se las vendemos, tampoco va a venir un señor bigotón y le vamos a pedir su IFE. Pero cuando vemos que son chavitos que hasta uniforme traen, les tenemos que pedir identificación. Luego hay inspectores encubiertos y te ponen cuatros con esa estrategia. ¿Sabes de a cómo están las multas? ¡De 500 mil pesos y la clausura! Y es dinero que no paga OXXO, sino que lo paga el líder de tienda.

‘Del otro lado le cobran’

92292Caja cerrada

Caja cerrada (Pável M. Gaona)

Yo como usuario (y como yo, millones de personas) seguro nos hemos preguntado por qué la frase que los ha hecho tan famosos: “del otro lado le cobran”. Esta tienda no es la excepción: una de las cajas está operando con normalidad y la otra ostenta el letrerito de “caja cerrada”. Cuando le pregunto por qué nunca abren la segunda caja, me dice:

-Lo que la gente no sabe es que una caja es para cobro, la otra es para cosas administrativas como recibir a proveedores o hacer inventarios. Aquí es donde checamos el abasto del producto. Otra cosa es la falta de personal. Mientras uno está cobrando en caja, el otro anda echando ojo, vigilando que no se roben cosas, limpiando, rellenando los huecos de la estantería, checando que el producto esté fresco, porque si por error se te llega a quedar algún producto caducado, las multas son bien caras. Y por reincidir en venta de producto caducado también te clausuran.

– ¿Y por qué nunca tienen cambio?

– Es algo por lo que sufrimos nosotros, pon tú: luego llegan con un billete de 500 y quieren pagar un jugo de 6 varos y se llevan todo el cambio. Por culpa de eso ya después no podemos hacer más venta. Y como te decía hace rato, en la caja estamos siempre cortos de efectivo. ¿De dónde vamos a tener cambio si todos nos quieren pagar con billete grande?

Unos chivos por un Tonayan

Además de las típicas anécdotas de borrachos, como los que a veces abrían un chupe, le daban un par de tragos y lo devolvían al refri como si nada, José recuerda que una vez le cayeron en la maroma a un cliente que metía un periódico dentro de otro, para que nada más le cobraran uno.

Cuando lo descubrieron in fraganti, el señor lejos de reconocer que habían cachado en el hurto, se indignó: “pero si yo soy cliente, ¿a poco me lo van a cobrar?

-Entonces le tuve que decir que si eso es algo que hacía diario, porque era un señor que venía todos los días, ya nos debía una buena lana por andar de mañoso. Te digo, hay gente que se quiere pasar de lista, por eso hay que andar a las vivas.

-Jajaja, estuvo buena esa. ¿Y qué otra cosa así, cajetona te ha pasado?

-Pues a mí no, pero a otro compañero. Una vez llegó un travesti ya de mañana, se veía que ya estaba bien borrachote y además estaba bien feo. Le dijo a mi compa: “¿Qué onda, si te hago una mamada te rifas con un Tonayan?”

-¿Y se armó el bisne o no se armó?

-Eso sí ya no supe…

Tenemos que cortar la charla porque se le junta la gente en la caja. Puedo constatar que lo que más se vende es alcohol, a lo mejor porque es viernes.

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