Hoy es momento de júbilo, de alegría, de compras de último momento, de decirle adiós a las preocupaciones (y a tu aguinaldo). Es la cena de Navidad, ese bello momento en que, mientras los peces beben en el río, los humanos comemos romeritos, bacalao hasta saciar nuestra hambre (y hasta que se acaben). Todos nos damos regalos, nos reencontramos con nuestra familia y reímos como si nada importara. Excepto que no es cierto.

No nos malinterpreten, no queremos que nos tachen de ‘Grinchs’, pero hay que aceptarlo, entre tanto intercambio, sidra y ensalada de manzana se esconden algunos malentendidos, resentimientos por malos regalos y algún mala copa que decidió que el 24 de diciembre era la mejor fecha para soltarle sus verdades a la familia.

Decidimos darle respuesta a las preguntas más frecuentes de esta ocasión.Así que, si te encuentras en alguna situación similar, pon atención, esto te interesa.

Pregunta: Es la primera vez que voy a conocer a mi familia política, ¿cuál es el protocolo?

Respuesta: Evidentemente si estás preguntando esto es porque no tuviste la oportunidad de huir (la cual era nuestra respuesta automática). Así que, relájate, es sólo una cena mas. Excepto que ahí toda la familia de tu media naranja estará juzgando cada movimiento que haces, cómo te vistes y lo que dices. Trata de ser tú mismo, pero no en exceso. Lleva un par de regalos, no querrás lucir tacaño, pero tampoco desesperado por su aprobación. Evita a toda costa excederte con la sidra y complementa tu actuación con un par de halagos a quien haya hecho la cena. Es infalible. A menos que hayan comprado la cena.

Pregunta: ¿Cómo debo reaccionar si en el intercambio me tocó algo horrible o, peor aun, reciclado?

Respuesta: Hermano, recuerda que lo importante no es recibir, sino dar (o algo así). Lo mejor que puedes hacer en estos casos es sonreír de oreja a oreja, posar para la foto, dar gracias por tu regalo y hacer lo propio el próximo año. Es el crimen perfecto porque nadie quiere admitir que ese regalo ya ha pasado por sus manos. La carga moral del roperazo es como la culpa: nadie se la quiere echar.

Pregunta: Soy soltero, ¿qué debo hacer cuando mis tías me pregunten por ‘la novia’?

Respuesta: Fácil. Suelta una risa elegante y arroja una frase como la siguiente: “qué chistosa eres, tía. Deberías ser comediante. O estar casada. O algo.” ¡PUM!

Pregunta: Llevo días comiendo bacalo, estoy harto. No puedo ver peces ni en películas y mis hijos/sobrinos decidieron ver ‘Buscando a Nemo,’ ¿Qué hago?

Respuesta: Nada. Estás frito como filete de pescado.

Pregunta: La Navidad me parece sólo una fecha más para que al capitalismo haga de las suyas y la gente salga a comprar a las tiendas mientras suceden mil cosas peores en el mundo. No puedo tolerarlo, ¿Qué hago?

Respuesta: La solución a todos tus problemas es la comida. Come hasta llenarte. Hasta que calles las voces en tu cabeza. Come como cerdo (capitalista).

Pregunta: Lo único que me desagrada de la Navidad es que mi tío siempre intenta hacerle de Standupero y se pone a contar sus divertidísimas anécdotas, ¿qué puedo hacer?

Respuesta: Déjalo disfrutar su momento. Recuerda que la Navidad se trata de eso: de dejar que tu tío disfrute el momento. O cuestiónalo. Encuentra el hoyo en sus historias y disfruta tu momento. O también puedes recurrir a la sidra y disfrutar de su monologue.

Pregunta: Hace casi un año que terminé con mi ex pero todavía me sigue buscando, de hecho, decidió darme una ‘sorpresa navideña’ y le cayó a mi casa, ¿Cómo le hago para que se vaya?

Respuesta: Déjalo pasar. Que se sienta cómodo en tu casa, como en los viejos tiempos. Dile que vas a prepararle un ponche y regresa con una orden de restricción, muéstrasela y dile ¡Feliz Navidad!

Pregunta: Toy tite ;(

Respuesta: Veñ.