¡Ah! De seguro pensaron que hablaríamos de la legalización de las drogas, las zonas rojas y de la posiblidad de instalar vitrinas sexosas en plena Condesa. Pero no, no se confundan con el título de esta columna. En realidad lo que nos interesa de la capital de Holanda es lo que están haciendo con las bicicletas.

Para festejar el Bicentenario, los Países Bajos están armando un manual, que se repartirá a todos los niveles de gobierno mexicano, sobre cómo convertir a la bicicleta en un transporte viable. Los seis tomos del compendio, que incluirá desde las políticas que se deben cambiar hasta la educación vial para los ciudadanos, nos llegará de regalo desde allá.

Hace tiempo que el gobierno del DF nos está educando en esto de las políticas del uso de las bicis:
sabemos del cierre de Paseo de la Reforma los domingos, algunos hemos usado las llamadas “ecobicis” para movernos en la ciudad en dos ruedas y seguro alguno de ustedes ha utilizado las ciclovías (mal planeadas y en algunos lugares bastante inseguras).

La idea de los holandeses, y de ciudades como Ámsterdam, es compartirnos su conocimiento y experiencia para que lo apliquemos en el DF y otras ciudades de México. Sí bien ya hay varias políticas que intentan fomentar el uso de la bici como transporte, hay diferencias importantes entre la capital de los Países Bajos y la capital de México.

Una de las más llamativas es que el DF (1485 km2) es aproximadamente 7 veces más grande que Ámsterdam (219 km2), imagínense la cantidad de estacionamientos de bicis que se necesitan construir para volverlo viable, aunque si continuamos con la idea sería genial ver un periférico lleno de bicicletas.

Lo importante de este regalo es que lo utilicemos para crear una política integral. Sí, está bien que pensemos en usarlo como un medio para trasladarnos por la ciudad, pero primero deberíamos contar con la infraestructura necesaria.

Usar la bicicleta es verdaderamente una necesidad en esta ciudad,
la velocidad promedio en un coche es de 12 km/h y en la bici es de 16 km/h, sólo falta disposición y que el gobierno adapte y logre crear las políticas necesarias para andar en dos ruedas de forma segura.