Año: 2003

¿Por qué vamos a recordarla?
Si bien Quentin Tarantino ya nos había deleitado con filmes como Reservoir Dogs y Pulp Fiction, con Kill Bill nos demostró que era el maestro del género, no sólo presentó un guión que incluía la mezcla perfecta: venganza, amor y violencia. Coronada por una estética oriental-chic, fascinante, personajes entrañables todos: The Bride, O-Ren Ishii, Elle Driver, Budd, Hattori Hanzo y Bill, algunos a pesar de su maldad eran adorables y un soudtrack pegajosísimo.

Extasiados y hasta conmovidos quedábamos al final de la cinta, a pesar de violentas batallas donde salían volando brazos, piernas y tapas de cráneo. Un final inesperado, nos dejó paralizados y el buen Tarantino, ganó nuestra admiración, una vez más.