Todos los escuchamos todo el tiempo, todos los días.  Al principio fue divertido para
algunos, para mí jamás, pero ahora es tal su diversificación por la ciudad que
siempre los estamos escuchando. Y como que está de moda venderlos para
borrachos porque siempre los escucho después de las 11 de la noche o para
crudear agusto el sábado a las 9am. 

Lo peor: El que tiene el ringtone con los tamales: