En Michoacán no se andan con cuentos y sacaron, casi literalmente, todo el mole en la prensa.

Resulta que María Santos Gorrostieta, alcaldesa de Tiquicheo, Michoacán, se hartó tanto de los atentados contra su vida y la vida de sus conocidos que decidió publicar fotografías de su cuerpo herido por las garras del crimen organizado (digo, pa’ que suene agresivo si no han visto las espeluznantes fotografías).

“Quise mostrarles mi cuerpo herido, mutilado, vejado, porque no me avergüenzo de él, porque es el resultado de grandes desgracias que han marcado mi vida, la de mis hijos y mi familia”, dijo la perredista.

La gobernante fue atacada en dos ocasiones distintas, ambas mientras viajaba en su vehículo, en el 2009 y un año después. En una ocasión murió su esposo y en el más reciente de los ataques fue herido su hermano y una reportera.

Ya, chale. Pobre mujer. No por nada se la pasa denunciando que la autoridá, esa que deveritas sí puede hacer algo, no la ha apoyado en su lucha contra el crimen organizado.

Esos NO son gajes del oficio, compañeros.