Los últimos tres años, mientras tú has estado felizmente descargando torrents de Muse y Patito Feo, los gobiernos de Estados Unidos, Japón, Suiza, la Unión Europea, Australia, Corea del Sur, Nueva Zelanda, Jordania, Marruecos, Singapur, los Emiratos Árabes Unidos y México, han estado negociando una cosita que se llama Anti-Counterfeiting Trade Agreement, mejor conocido como ACTA. Seguramente en días recientes has leído bastante al respecto. No es para menos: el acuerdo comercial que se discute es, en realidad, un marco legal para regular la piratería y la distribución de materiales con copyright a través de Internet. O sea: por primera vez en la historia, existirá un marco legal internacional que regule la propiedad intelectual y el intercambio. Es algo que nunca había pasado antes, al menos en este planeta.

De entrada, la cosa no suena tan mal, pero ojo: estas negociaciones, hasta donde se sabe, no sólo buscan penar la piratería y el lucro malora de los que bajan música y luego la venden, sino que se especula que incluso compartir música por Internet (es decir, subir rolas, mandárselas a algún amigo, etcétera) también estará penado. No se sabe qué clase de castigos se están estableciendo. Se dice que los gobiernos involucrados tendrán la capacidad de espiar direcciones IP; se dice que, incluso, si llegan a sospechar que hacer intercambio de propiedad intelectual, pueden caerte de sorpresa y catear tu casa. Tratarán igual a los que mandan rolas por mail, que a los que venden discos quemados en el metro: todos seremos piratas.

Imagen: Acuerdo final del ACTA

Todo esto lo decimos a modo de especulación, porque las negociaciones han sido secretas. Nadie sabe a ciencia cierta que ha pasado en las reuniones de Rabat, Seúl, Tokio, Washington, París y Génova. Tampoco nadie sabe qué pasará en la reunión que está por celebrarse este mes en la Ciudad de México, de la que, se supone, saldrá el acuerdo final. Nosotros sospechamos que se verá más o menos así:

https://www.youtube.com/watch?v=NAmMxCawysw

Más info:

El wiki

Michael Geist

¿Y los castigos?

ACTA en el Senado