# 3 Google Wave

Por Marco Payán

El preámbulo

Desde finales de mayo esperamos ponerle las manos encima a “lo que suplirá al correo electrónico” y ahora lo logramos. Esperábamos que el nuevo producto de Google le quitara lo aburrido a los mensajes corporativos, que realmente acabaran con el spam (el jamón incluido) y que mostraran todos sus servicios, como Google Maps, Google Docs, GMail y YouTube, en un solo lugar. Veamos si lo lograron.

La prueba

Lo malo:

Necesitas invitación

Como sucede con mucha buena tecnología, no sirve de nada si los demás no la están usando. Lo mismo pasa con Wave: necesitas que las personas con las que te comunicas tengan cuenta, y para eso necesitan recibir una invitación. Para cuando leas esto esperamos que ya esté abierto al mundo y no esté en fase de prueba.

Muchas cuentas

Un amigo geek nos dio acceso por correo electrónico, y tuvimos que dar de alta una nueva cuenta que termina en @googlewave.com; un password más que tenemos que aprender.

Chistines

Los videos que te explican cómo usar Google Wave son peores que los anuncios del Dr. Simi. Bueno, casi.

Lo bueno:

Multiaplicaciones

Escribes un borrador sobre los cafés en la ciudad y se lo envías por Wave a dos de tus editores. Cada uno hace sus comentarios sobre el documento (como en Google Docs), pero además uno te pone un video que explica cómo moler el café y el otro, un mapa que muestra cómo llegar al reconocido Pasmar, donde sirven muy buen grano. Todo lo puedes ver en el documento, sin necesidad de abrir otra ventana.

Como GMail

Cuando lo abrimos en nuestro navegador, nos pareció muy similar al GMail, sólo que con botones nuevos.

Tiempo real

En lugar de adjuntar archivos, pudimos ver el contenido de los archivos e incluso editarlos en tiempo real y ante los ojos de quienes tienen acceso a ese “wave” (lo que en el correo electrónico es el mensaje).

Deshabilitar algunas funciones

Como es en tiempo real, los demás pueden ver tus faltas de ortografía mientras escribes, pero esto se puede deshabilitar.

Playback

Con esta herramienta puedes regresar en el tiempo la conversación para ver realmente cuál de tus jefes tuvo la brillante idea de empezar todo tu artículo de nuevo.

El veredicto

Es mucho más que el correo electrónico. Es Chat, Google Docs, GMail y todo lo que podrías necesitar al trabajar en un proyecto colaborativo. Lo bueno es que no es una tecnología exclusiva de Google (los geeks le llaman “protocolo”), así que Yahoo!, Microsoft o algunas otra empresa de tecnología podría sacar su propio producto de Wave, lo que lo haría más universal y no sólo para los fans de Google.

# 2 Apple

Por Mariana Camacho

El preámbulo

El contacto cotidiano (que muchos tenemos) con la amigable tecnoología de Apple: el iTunes, el iPod (en mi caso shuffle, de tercera generación, bastante práctico para escuchar música corriendo, o de camino al trabajo), la MAC en el trabajo.

La prueba

Va por partes. Primero la presentación del Snow Leopard, que a grandes rasgos es un software que mejora la experiencia al permitir que las aplicaciones corran con menos memoria (¿acostumbran abrir al mismo tiempo, Photoshop, correo, página de adminsitrador de chilango, youtube, iTunes, etcétera? Yo sí). Ahora, si acostumbran también no tener muy organizado su escritorio, esta versión permite revisar el contenido directo de los archivos, desde el finder, para la vista previa, por ejemplo, de videos y canciones hay un player.

La segunda, tiene todo que ver con la música. El itunes 9.0, que aparte de hacer mixes, tiene ahora como parte de la tienda un catálogo de LPs, no muchos, pero los tiene y la posibilidad de compartir bibliotecas (y por compartir me refiero a que si envidiabas la biblioteca de canciones de tu hermano/a, ahora te las puedes pasar a tu biblioteca con solo arrastrarlas).

Lo favorito, fue la parte de los LPs, porque recupera un poco de la nostalgia de “ojear” el arte de los discos mientras se los escucha. Además agregaron material multimedia.

La tercera es que los iPods crecieron en memoria (y no subieron de precio), al nano se le agregó una cámara de video (para facilitar que los montes al famoso canal de videos), el suffle es una miniatura que ahora te habla (sí, los que desesperaban por no ver el nombre de la canción en turno, ahora pueden escucharlo de una voz robótica y automática), y claro, no podía faltar el toque preciosista: colores, muchos colores, colores chillantes.

La cuarta fueron los juegos, juegos y juegos: de fútbol americano, de zombies (que por cierto puedes matar escuchando tus canciones favoritas, yeah), con excelentes gráficos y amigables presentaciones.

La quinta fue Norah Jones, para cerrar la conferencia de prensa, anuniciando su próximo lanzamiento en octubre (Fall).

El veredicto

Lo más probable es que mi aguinaldo me compre un iPod Touch, o de menos, un iPod Nano. El señor Steve Jobs (al que aplaudieron como rockstar en la conferencia de prensa) y sus creativos saben hacer su chamba, no cabe duda (no por nada presumieron en la conferencia sus récords de venta, que fijados para un año, se rompieron en un año).

# 1 Jack Daniel’s RTD

Por Ruy Feben

El preámbulo
Antes de comenzar debo aclarar dos cosas. Primero: odio las bebidas en lata, incluso la cerveza. Todas las bebidas preparadas onda New Mix y Kosako me parecen vomitivas (tal vez eso se deba a que varias borracheras ingratas las he pasado con este tipo de tragos). Es más: podría decir que, si me encuentro en mis cinco sentidos y tengo dinero suficiente, no compraría una de estas bebidas ni aunque me tuvieran con pistola frente al refri. Bien. Segunda cosa: soy whiskero. Muy whiskero. Mi esófago nomás no aguanta la chela, y mi cabeza no soporta la cruda de otra cosa que no sea whisky y ocasionalmente tequila. Especialmente, me gusta el Jack Daniel’s (sí: tengo complejo de rockstar frustrado), y especialmente me gusta tomarlo con coca. Así que, dado este preámbulo, no es difícil imaginar que cuando me invitaron a probar una nueva bebida mix a base de Jack Daniel’s, yo estaba algo más que escéptico. Estaba aterrado.

La prueba
Pero aterrado y todo, chamba es chamba, así que fui el día de la presentación a ver qué onda. El stage fue un golpe bajo: una barrita repleta de Jack Daniel’s (Old no. 7 y las otras dos presentaciones de lujo), y un montón de latitas negras, que contenían mi mayor temor etílico. Hubo la clásica presentación, los números (que cada latita costará 19 pesitos, que estará en todos lados, el target y esas cosas en las que uno no piensa cuando abre el refri y decide comprar esa latita), aplausos. Y entonces pusieron en mi mesa dos latitas de esas negras, sudando de lo frías. Una tenía Jack and Ginger (dato de trivia: somos el segundo país que tendrá este mix, después de Alemania). La otra, Jack and Coke. Como ya era miércoles y finalmente yo iba a probar, abrí la latita de Jack and Coke y la probé. El resultado, debo confesarlo, no lo esperaba ni de lejos.

El veredicto
La bronca de casi todas las bebidas mezcladas en latita es que normalmente no saben a lo que se supone que deben saber. El New Mix sabe a muchas cosas, menos a tequila con toronja. El Kosako sabe a algo entre toronja y tequila, pero no a vodka tonic. En el caso de Jack RTD la cosa es completamente distinta: es un mix que de hecho sabe a lo que dice que sabe. El Jack and Coke me recordó a muchas noches de rock and roll en algún bar; el Jack and Ginger, a alguna muy buena peda casera. Debo confesar que soy fan. No he dejado de hablar de esto por más de cinco días, y ya me urge que estas latitas salgan al mercado (aunque tendré que esperar hasta la última semana de septiembre). Por mi parte, no vuelvo a comprar una cerveza en lata nunca más en mi vida. Y si bien es cierto que 19 pesos es un precio alto por una bebida mix en lata, seamos sinceros: un buen Jack and Coke listo para tomarse lo vale. ¿Alguna crítica? Por el momento, no. Justo ahora estoy cegado por el fanatismo.