"Ya me dijo el doctor muy en serio que de kilos ya estoy pasadito, no más grasas ni azúcar ni harina ni más golosinas que me hacen gordito".

¿A poco no se acuerdan de "El colesterol" de Fito Olivares? Aquella canción noventerísima tomaba a broma la obesidad, cuando ésta aún no representaba un problema de salud en México; hoy en día la gordura se ha agravado en todo el país, especialmente en la capital.

El tipo de vida que llevamos es caótica: pasamos horas en el tráfico, otras tantas sentados frente a la computadora y muchas más frente a la tele. Y según las cifras, son muy pocos los chilangos que dedican tiempo al ejercicio o a una alimentación sana (77% de las mujeres de 30 a 35 años y 70% de los hombres en ese rango son obesos).

En realidad, muchas veces no es por gusto sino porque no tenemos muchas opciones de comida o tiempo para ejercitarnos.

Lo cierto es que debemos realizar un cambio. Según estimaciones, en 10 años 25% de los chilangos tendremos diabetes y otras enfermedades derivadas de los kilitos de más, las cuales engendrarían problemas crónicos y, a su vez, ocasionarían un colapso en el sistema de salud, por el presupuesto que requerirían.

Aquí no vamos a recomendarles ponerse a dieta, tampoco les daremos una rutina de ejercicio. No. Nosotros los invitaremos a buscar un balance, hacer lo que puedan y buscar tiempo. Finalmente, cuidar la dieta y hacer ejercicio es una decisión propia.

Al final se trata de bajarle a la llantita por cuestiones de salud (y vanidad), pero también gubernamentales: mientras seamos obesos, cada uno de nosotros terminará siendo un gasto extra para los demás. Mejor fajémonos el cinturón, bajémosle al colesterol y vivamos sanos.

Acuérdense, pues.