Por lo común están en las esquinas de las calles, cerca de oficinas o lugares donde uno tiene que ir presentable. Y no, no hablamos de Tlalpan en la noche, hablamos de los boleadores de zapatos que por unos cuantos pesos limpian tus zapatitos de charol y estás listo para ir a trabajar. Eso de limpiar los zapatos es un arte perdido, más en esta nueva era de oficinistas con converse, pero esta clase de trabajos ya tienen su buen rato que hasta deberían ser patrimonio nacional. ¿Zapatos sucios y llegaste temprano? Limpia tus zapatos con ellos, no hay nada como ir presentable a algún lado que lo merezca.