La primera respuesta chilanga a los problemas ecológicos fue ¡pintar de verde la carrocería de los taxis.

¿Qué es?
Es un vehiculo (también llamado “unidad”) marca VW sedán (ya descontinuados) al que se le han hecho una serie de adecuaciones para convertirlo en taxi.

¿Cómo funciona?
Básicamente le han quitado el asiento del copiloto dejando sólo el chipote de la base del asiento para permitir que el pasajero entre a la unidad (recordemos que los VW no tenían puertas traseras), le han puesto un taximetro (es opcional que funcione), lo han pintado de color taxi (solían ser verdes-ecológicos, pero ahora son rojidorados) y lo han decorado con motivos alusivos al refinamiento estético de su dueño (zapatitos en el espejo, San Juditas en el tablero, calcomanías varias, revistero, etc.)

¿Sirve?
Como solución ecológica, de ningún modo; pero ¿quién se fija en eso?

Teorías acerca de su existencia:
Si consideramos que la nuestra es la ciudad del mundo con mayor cantidad de vochos, que algunos hayan mutado a taxis es casi natural. Ahora parece que están a su vez mutando en carcachas.