Por Ruy Feben,
el marajá de la leyenda urbana, quien cree (siempre, siempre, siempre) en toda clase de teorías de conspiración.

Se dice que en el DF existe una ley que prohíbe lanzar arroz en las bodas. ¿Será porque las palomas se indigestan, por el hambre mundial, o por el precio de la canasta básica?

Afuera de la Iglesia del Inmaculado Corazón de María en la Colonia del Valle, decenas de personas, ajuareadas con sus mejores galas, esperan a que los recién casados desfilen hacia fuera. Entre los finos trajes y los vestidos largos, un hombre reparte montoncitos de arroz blanco, según dicta la tradición. Sin embargo, los invitados se desconciertan: «¿no se supone que aventar arroz está penado por ley?», pregunta una mujer en vestido rojo. Todos asienten resueltos: con su montoncito de arroz, dan por sentado que lo que están a punto de hacer está prohibido, pero nadie sabe por qué. Las hipótesis no tardan. Una mujer de verde lanza la primera: «el arroz es muy caro, y le cuesta mucho a las iglesias y a los novios»; nadie parece estar del todo de acuerdo: después de todo, el gasto en arroz es mucho menor que el que se hace en el vestido de novia, por decir lo menos. Alguien más lanza otra teoría: «es por el hambre en el mundo». A esta teoría, el sacerdote agustino José Manuel Martínez responde a medias: «desde la Iglesia tratamos de ser coherentes con la situación mundial, y recomendamos sustituir la práctica del arroz con pétalos de rosa, pero tampoco la prohibimos». La más disparatada de las teorías brota de un invitado calvo: «yo había escuchado que es porque las palomas se comen el arroz, pero no pueden digerirlo y entonces el estómago les explota». Preguntamos a Guillermo Martínez, biólogo investigador de la UNAM, su opinión al respecto. Su respuesta tarda varios días, en los que consulta a varios ornitólogos: «todos mis colegas y yo coincidimos: esta hipótesis sólo puede ser calificada como una mamada», dice, sin empachos: «las palomas sí digieren los granos de arroz». Sin embargo, revela otra hipótesis mucho más real: «en todo caso, arrojar arroz debería estar prohibido porque las palomas lo consumen, y estos animales son una plaga». Es cierto que la práctica de arrojar arroz ha sido prohibida en Venecia (desde septiembre de 2007) porque el arroz ha provocado no sólo una alta concentración de palomas, sino el deterioro de esculturas y edificios de alto valor artístico, por cuenta del guano de esos animales. Así que quizá la prohibición se deba más al control de plagas que a la protección ecológica. ¿Existe en México una ley que prohiba arrojar arroz en las bodas? Por lo menos no en la Ley de Cultura Cívica del Distrito Federal. Así que, si quieres, lanza arroz: está mal, pero nadie puede castigarte por hacerlo.