Este 19 de noviembre se festeja el Día Mundial del retrete, aquel incomprendido amigo que nos acompaña toda nuestra vida y que no siempre es reconocido como se merece.

En ese lugar pasamos varios minutos al día, y en estos tiempos en los que cada segundo cuenta, hay quienes no quieren perder tiempo mientras esperan a que terminen lo que tienen que hacer.

Aquí hacemos un recuento de esas actividades que se pueden hacer mientras se pasa tiempo en el único lugar a donde el rey va solo.

1. Leer

Entrar al baño con un libro o una revista en la mano es una de las actividades más tradicionales para no sentirse solos mientras se va al baño; incluso, hay algunos que hasta colocan un librero o una canasta con revistas para pujar a gusto mientras se enteran del último chisme de alguna estrella de cine.

La modernidad ha hecho que la gente ya pueda ocupar su lugar en el trono sosteniendo su iPad, así que también puede enterarse de las últimas noticias del mundo mientras hace lugar para lo que cenará esa noche.

Es más, es muy probable que, en este momento, alguien esté leyendo estas líneas desde el baño… ¡levanten la mano!

2. Tuitear

Reza el dicho que tuitero que no ha tuiteado desde el trono no es tuitero, por lo que estos minutos de reflexión sirven para ver qué están diciendo los demás y meterse en la conversación.

También puede ser un buen momento para subir las fotos del viaje a Facebook con toda tranquilidad, y hasta da tiempo de ponerle una buena descripción a cada imagen. Total, en las vacaciones todos comemos mucho.

Puedes responder los mails que te mandó tu jefe durante la madrugada aprovechando su insomnio, así, cuando llegues a la oficina, no perderás tiempo y tu patrón estará feliz de que tú también trabajes a deshoras.

3. ¡Hablar por teléfono!

El celular es el único dispositivo que nos puede acompañar a todos lados, hasta en el baño y en la cama, por lo que, además de utilizar internet, se puede aprovechar el tiempo y la acústica para hacer una llamada.

Puedes ocupar esos minutos para platicar relajadamente con tu novia, cerrar un negocio o ponerte de acuerdo con tus amigos para saber cuál será el plan de mañana.

Una recomendación: cuelga antes de jalarle (¡o por lo menos ponle “mute”!).

4. Leer las etiquetas del shampoo

Es un clásico. Si no tienes nada más a la mano para distraerte mientras sacas a pasear al topo en limusina, puedes tomar la botella del shampoo y descubrir en su etiqueta que los ingredientes naturales que promete tener no son tan naturales.

Si te tardas más tiempo o ya leíste toda la etiqueta del shampoo, ¿puedes compararla con la de acondicionador! También puedes leer la etiqueta de la crema y hasta la de los jabones y descubrir que hasta tienen un teléfono de quejas.

Si eres multimedia, puedes tomar también tu teléfono y buscar en Google qué significa cada ingrediente o llamar de una vez al teléfono de los jabones para solicitar una muestra gratis.

5. Sostener el aromatizante… o los cerillos

Antes de que hubiera teléfonos celulares, el objeto que más personas sostenían en sus manos mientras liberaban a Willy era la lata de aromatizante (y, por lo tanto, también era una de las etiquetas más leídas).

Para los más tradicionalistas, o para quienes siguen pensando que estos productos dañan la capa de ozono, existe la opción de prender cerillos, pero lo cierto es que ambas cosas dejan un olor igual o más extraño que el que se produce de forma natural.

6. Escuchar las conversaciones de los vecinos

La acústica del baño no es tan buena como la de la regadera para cantar, por eso las personas suelen permanecer en el silencio mientras están en el retrete. Es por eso que también es un excelente lugar para escuchar las conversaciones de los vecinos y así enterarte de las infidelidades de la de la casa de junto o de cómo se pelea con su novio la del departamento de arriba, por lo que ahora tendrás vía libre para invitarla a salir.

En la oficina, puedes también aprovechar para oír las conversaciones de otros que entran mientras platican de los próximos ascensos o revelan el lugar en donde será la fiesta de fin de año.

7. Romper tu récord

No estamos hablando de cuánto te tardas o de cuántas veces tendrás que jalarle para que se vaya todo, sino que puedes aprovechar para entrar con tu celular –o el GamePad para los más pro- y ocupar esos minutos en encontrar la forma de romper tu récord más reciente.

No importa cuál juego tengas, lo importante es mantenerse entretenido.

8. Entrar en la tercera dimensión

Los noventeros recordarán unos cuadros que vendían en los centros comerciales en los que, si los mirabas detenidamente, encontrabas una o varias figuras en tercera dimensión.

Como esos cuadros ya pasaron de moda, algunos creativos le han encontrado un excelente lugar en el baño, por lo que pueden pasar esos minutos con la vista fija al frente y descubriendo toda variedad de formas y mundos nuevos.

¿Qué otra cosa puedes hacer en el baño?

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