La forma más fácil de reconocer a un hipster, después de la ropa, es fijarse en su gusto musical. Un buen hipster ama los clásicos (y por clásico nos referimos a Belle & Sebastian), pero sobre todo las bandas indie actuales. Mientras menos fans tengan, mejor. Mientras más desconocidas, mejor. Mientras más impronunciable sea su nombre y más remoto su país de origen, mejor mejor mejor.
Un hipster escucha folk-tecno-progresivo o cualquier otra mezcla rara a cargo de una banda ucraniana llamada Schlachthof Uri Travail cuyo vocalista trabajaba de marinero en las aguas del sur.
Y un hipster siempre, SIEMPRE será fanático de Pitchfork Media. Si no sabes qué es, no tienes posibilidades, chato.