Como dice la canción, todos aspiramos a tener salud, dinero y amor. La dedicación, el trabajo y buenos hábitos alimenticios serían el camino obvio, pero hay quien busca un atajo.

1. Selecciona tu ser etéreo

Existen varias alternativas. Entre las más populares están la brujería, el espiritismo y la santería. Por supuesto, hay diferencias abismales pero en los tres casos se utilizan almas de muertos o deidades antiguas. Cuando la ocasión lo amerita mandan tarea, que puede ser desde un simple baño con miel para atraer el amor hasta el sacrificio de una gallina con limpia incluida.

2. Enfócate, una cosa a la vez

Quizá todo sale mal, pero es mejor ir paso a paso. En una primera consulta se puede obtener un panorama general y algunos consejos específicos; no hay que esperar la solución a todos los problemas en una sesión. Se debe tomar en cuenta que son caminos largos y que podría volverse una práctica cotidiana si se le encuentra el gusto y funciona.

3. No te claves

Generalmente los mensajes son cifrados y demandan interpretación, además de mucho análisis. Si te dicen que un amigo te tira mala onda, no empieces a buscar pistas sin sentido porque terminarás desconfiando de todos. Mejor ser observador y buscar solución a problemas identificados que hacerle un trabajito a alguien cercano que es mal plan.

4. Arma un presupuesto

El ser espiritual no cobra, pero el vehículo que utiliza para comunicarse sí. En algunos casos es de cooperación voluntaria, pero casi siempre tienen un costo fijo. Una sesión puede costar entre 200 y 800 pesos. Aceptar el reto podría convertirse en una renta, además de los trabajos especiales –más caros– y collares, piedras, minerales, hierbas y demás artilugios que se pueden necesitar.

5. No te vayas con la finta

Como en todos los oficios hay conocedores y charlatanes. Es difícil identificar al bueno y si con los cirujanos plásticos es todo un reto, basta imaginar cómo es con estos profesionales del más allá. Lo ideal es preguntar entre los conocidos y confiar en uno de los mitos de estas prácticas: si los buscas, te encuentran. Se puede dar con el indicado después de dos o tres intentos fallidos.

6. Ojo por ojo

Hay trabajos “buena onda” y otros para dañar. No todos se animan a este tipo de prácticas, aunque los paleros –una variante de los santeros– son famosos por ello. Hay que considerar que existe un equilibrio y uno no puede pasarse de lanza sin dar nada a cambio. Al compañero mala onda se le puede enviar una plaga bíblica, pero también “congelarlo” para que deje de hablar de uno. Cada quien sabe.

7. Fe

Hay que creer. No importa que tan acertado sea el brujo, santero, mago, espiritista, palero o lector del cartas, si se duda de nada servirá. Tampoco se trata de dejar en sus manos cada decisión, no es la solución a todo. Basta confiar en que es una alternativa que a muchos les funciona. Sí, quizá es pura sugestión, pero pensar que el camino es más corto igual ayuda.

¿Quién de ustedes ha recurrido a estas ondas esotéricas?

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