Los gays sintieron que con esta canción se dignificaba su condición sexual en medio de una sociedad intolerante (cuándo muchos gays son intolerantes con los gordos o los que no son gente bien. Por cierto, no estoy gordo para aquellos que creen que escribo de ardido). Más bien era como un sandwich de miel, mermelada y cajeta por lo diabético (por no decir patético) de su discurso según esto igualitario. Conocí uno que otro acostón que hasta lloraba cuándo la escuchaba, por Dios ¿que ningún gay ubica a Morrissey o a Tom Waits?

Buen original: Wonder, Natalie Merchant

La misma idea de la Aguilera pero desde un punto de vista menos condescendiente, más honesto y musicalmente mejor compuesta, sin perder ese mood cursi pop que tanto parece gustar a lo gays. Como seguramente no saben quién es esta dama (con más neuronas que la intérprete anterior), pues se dio a conocer como líder de los 10,000 Maniacs, banda de folk rock que junto con unos tempraneros R.E.M fueron de los impulsores del college music radio, que derivara en lo que se conoció como alternativo.

Columnas anteriores:
Tu compañero de trabajo es gay si…

Las coreografías gays
Polaroids del orgullo gay

Marcha gay: los básicos
Me enamoré de ti en un chat
Un puñal en serio

Los discos indispensables del clóset

Por una Cuba libre… de prejuicio
Los discos que los gays nunca tendrán

Notas relacionadas:
¿Papás gays?
Asesino a domicilio