Hay cosas en las que la regamos gacho, como decirle a nuestro peoresnada que no podemos ir a echarle la mano cuando tiene una gripa emperrada o que saldremos con nuestras amigas/os cuando en realidad nos fuimos a tomar un café con nuestro ex.

Ese tipo de cosas no sólo ameritan que nos exijan un mea culpa sino que hacen que nos merezcamos un franco y sonoro “vete al diablo”.

Sin embargo, hay cosas por las que nos sentimos culpables y no deberíamos. Son aquellas situaciones en las creemos que deberíamos agachar la cabeza, pero no hay nada que lo justifique.

Así que si tu pareja se puso punk por los siguientes puntos, tendrás toda la razón de mandarlo por los chescos. Porque no se trata de perder tu identidad cuando estás con alguien, sino de compartir lo que eres:

1.Por ser quien eres

Amas el calor, te encanta escribir y no le temes a la noche. Así eres y punto. Si tu pareja quiere que cambies, que seas como él/ella o que te parezcas a su ex, mándalo lejos. No tienes por qué cambiar, puesto que esa persona que eres ahora es de la que se enamoró hace un tiempo. Si no le parece, que pase a la siguiente ventanilla.

2.Por no querer salir

No tienes que tener un gorro de fiesta en la cabeza TODO el tiempo. Ni creer que todos los viernes deban ponerse hasta las trancas. En ocasiones sólo queremos quedarnos en casa y ver una buena película. No está mal. Si tu pareja te exige lo contrario, es momento de explicarle que a veces quieres estar sin compañía, incluso si viven juntos.

3.Por que algún otro ser humano te parezca atractivo

A ver, una cosa es ver el menú y otra cosa es embutirse de todo lo que ahí se encuentra. No está mal que alguien más te parezca atractivo, pero tampoco se trata de tirarle el can y quedar en salir (a menos que así lo convengan entre ustedes, por ejemplo, si son swingers).

4. Por no compartir la misma opinión

Él se quiere comprar una moto; tú crees que es la idea más alocada que ha tenido en mucho tiempo. No está mal que le digas lo que piensas, como por ejemplo: “no comparto la idea de comprar una moto, me parece algo arriesgado, pero finalmente es tu decisión”. O sea, tampoco está mal que le digas lo que piensas, sin atacarlo y sin obligarlo a que haga lo que a ti te dé la gana.

5.Por tener metas y sueños

Uy, si se te pone al tiro por que tengas sueños, huye en dirección contraria. Cualquier persona, ya sea tu pareja, amigo o familiar, que te diga que tires por la borda tus sueños es un bodrio. Así, tal cual.

6. Por tener ciertos sentimientos o sensaciones

Si un día amaneciste con el ala caída o muy ansioso, no tienes por qué pedir perdón por ello. Así somos los seres humanos, un día podemos sentirnos mal, tristes o aislarnos un poco. También se vale. Lo que no se vale es estancarnos en esta situación y no hacer nada para remediarlo.

7.Por no querer planchar

Posoye. No es que uno ande caliente 24/7. A veces nomás no tienes ganas y punto y no hay por qué pedir disculpas por ello. De igual forma, si quieres tener sexo, no está mal decirlo. Expresar la sexualidad no es un motivo para darse golpes en el pecho.

8.Por querer terminar la relación

Las cosas tienen un final y las relaciones, también. En el momento en el que creas que ya no hay para dónde moverse y que, efectivamente, se murió el amor, hay que decirlo. Seguir con alguien a quien no quieres más o que te hace daño sólo perturbará más tu atribulado corazón.

9. Por no lucir escultural

Nos presionan tanto por todos lados para que luzcamos delgados, con piel de porcelana y con un cabello digno para moverlo en cámara lenta, que a veces sentimos que nos asfixian. No tienes por qué lucir espectacular en todo momento. Claro, no está mal darse un zarpazo de tigre de vez en cuando, pero ello no significa que nunca podamos portar con orgullo unos pants y la playera que te regalaron en el taller.

10.Por que no les guste las mismas cosas

A él/ella le encantan los toros, tú ni loca/o irías a ver una corrida. O bien, es un apasionado del fútbol, pero tú lo único que ves en la pantalla es un campo verde con varios tipos corriendo tras una pelota. Esto no significa que tengas el derecho de criticar sus gustos. No, señor. Simplemente se trata de respetar y comprender las aficiones de cada uno, todo en santa paz.

¿De qué otras cosas no se arrepienten?

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