Ellos son José Luis Sandoval, Carla Gutiérrez y Luis Fernando Vélez, restauradores que están intentando regresarle su esplendor a una serie de obras de la parroquia de Chihuahua. Este trabajo se puede ver en San Ildefonso, y busca difundir y sensibilizar el cuidado de las obras de arte.

Una obra dañada es una tragedia, pero para ustedes representauna oportunidad…

José: Es un reto. Tienes que hacer un análisis de la obra, pensar por dónde comenzar, hacer tus propios juicios e hipótesis de restauración. Además, es satisfactorio porque conforme vas trabajando, vas viendo los resultados.

Carla: Uno de los objetivos más importantes es devolverle ese valor a algo
que es muy importante para una comunidad, en lo que creen, sus santos…

¿Por qué hace falta dar a conocer el trabajo de un restaurador?

C: Somos una profesión que está en el anonimato, uno va a las exposiciones y ve las piezas como si el tiempo no hubiera pasado sobre ellas y no tenemos idea del trabajo que hay detrás.

¿Qué tanto pierde su autoría una obra con una restauración profunda?

Luis: Realmente no se pierde. Se gana, porque nosotros respetamos 100% la originalidad, así como todo lo que hizo el pintor.
C: Se trata de tocar lo menos posible la obra. Si se hace una restauración más fuerte, es porque hay oportunidad de recuperar.
J: Cuando son obras de museo, no interesa tanto su valor económico, sinola cuestión histórica. El proceso de cómo se pintó y quién lo hizo.

¿Qué opinan de los casos de restauraciones desafortunadas, como en el Ecce Homo, de Borja?

C: Son restauraciones de buena fe. Creo que algunas de esas restauraciones son por actos de amor.
J: Estuvo mal hecho, pero gracias a gente que no tiene preparación yo tengo trabajo. Incluso en nuestro gremio hay quienes dicen que restauran y hacen malos trabajos.