Hoy te contamos la leyenda de Donceles, una calle en el Centro famosa por sus libros pero también por su noche de los santos vivientes. 

¡Ponte a rezar!… Donceles y la leyenda de los santos vivientes

Miedo es entrar solo a un templo antiguo por la noche y quedarte encerrado en él sin que nadie te abra. Mayor es el temor si de repente te das cuenta que las imágenes religiosas que te rodean se mueven, o han dejado de estar en su lugar. Peor se pone la cosa cuando tu ritmo cardiaco se acelera debido al pánico de escuchar que algo o alguien arrastra sus pasos hacia ti y, qué horror, de sentir que la manita de un santo toca tu hombro mientras pronuncia tu nombre. Eso puede pasarte según la leyenda de Donceles sobre la Parroquia de Nuestra Señora del Pilar.

Una leyenda de Donceles para ponerte a rezar

Si eres de los que le tiene pavor a las imágenes religiosas, nunca ingreses a la Parroquia de Nuestra Señora del Pilar. Este sitio de valor arquitectónico e histórico por su estilo barroco que data del siglo XVIII, se caracteriza por tener una enorme cantidad de figuras tipo estatua en su interior. ¡Y son grandes! Mucho menos lo hagas si haces caso a lo que la gente cuenta acerca de esas esculturas. 

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Por el día cumplían con su función de recibir oraciones y plegarias, pero por la noches eran auténticos vigilantes de su casa. Tan cuidaban bien su hogar que cobraban vida para ahuyentar a cualquier persona que tuviera la ocurrencia de tomar al templo como morada o quisiera perpetrar el robo de arte sacro. 

Santos y vírgenes lo hacían con amabilidad: simplemente le hablaban al invasor desde su nicho o bajándose de él. Su intención no era matar a nadie, sin embargo, del susto provocaba paros cardiacos. Bueno, al menos eso es lo que dicen comerciantes y habitantes del Centro Histórico que llevan años como vecinos de la Parroquia de Nuestra Señora del Pilar y que ni de chiste se meterían a solas al recinto en horario nocturno para confirmar esta leyenda de Donceles.

¿Y qué pasó con los cuerpos de los difuntos invasores? Desaparecieron misteriosamente. No fueron enterrados allí, ni fueron arrojados en zonas aledañas.¿Entonces? Se dice que fueron absorbidos por las imágenes religiosas para vivir al interior de ellas y así su alma estuviera bendita por la eternidad.

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¿Tú qué harías?

Seas creyente o no de la religión católica, por inquietud o mero paseo turístico, tu próxima visita a la Parroquia de Nuestra Señora del Pilar no será igual con esta leyenda de Donceles. Te costará trabajo sostenerle la mirada a cualquiera de las figuras que existen en su interior. 

Mientras te sugestionas al verlas, en tanto aguardas el instante en que crees que se mueven y hablan, imagina que en una noche lluviosa te quedas encerrado, sin batería en tu celular, y una manita te toca el hombro pronunciando tu nombre pidiéndote de buena gana que no invadas su casa. 

 No es descabellado pensar que en realidad esas esculturas tienen movimiento y hablan. Tomemos de ejemplo a las siguientes películas cuyas tramas nos enseñaron que cualquier objeto, por muy noble que pueda parecer, cobra vida.

Dónde: Donceles 102, Centro