Elnúmero 247 de la calle Londres, en Coyoacán, pertenece a Frida Kahlo. Es un enormeespacio colorido en medio de la calle blanca, por eso se le conoce como La Casa Azul.Hogar de la familia Kahlo, de Frida, de Diego –de Frida con Diego– y hasta deLeon Trotsky cuando recién llegó a la capital surrealista. La casa colonial permanece prácticamente intacta. Entre paredesazules y piezas prehispánicas se presenta el espacio que albergó a dos de losartistas más importantes del siglo XX. Tal y como lo pintan las fotografías. Tal ycomo ellos lo dejaron.

Antes de morir, Diego Rivera dejócon llave uno de los baños de la casa coyoacanense, y ordenó no abrirla en quinceaños. Después de la muerte de Rivera y sin apoyo del Gobierno, Dolores Olmedose quedó con la administración de La Casa Azul, sin jamás abrir la puertaprohibida. 50 años pasaron y en el museo había poco de que hablar.Cuando muere Olmedo, es Hilda Trujillo quien se queda como la curadora de laCasa Azul; ella decide, después de tanto tiempo, abrir la puerta prohibida:ahí se encontró mucho de lo que conforma gran parte de lo que es el museo hoy. Vestidos, fotos, obras de arte, milagritos y cartas de amor. Los objetos ymemorias de la pareja más célebre del arte mexicano.

Cuatro años han pasado desde larevelación del material desconocido, y con esto se le ha dado un giro completo ala curaduría del museo. Ahora no se trata de mostrar cuadros ante un público,sino de mostrar una vida con pasiones y obsesiones. La Casa Azul es unentendimiento de la cabeza de los artistas (sobre todo de Kahlo). Sus pinturas,cartas, ropa y telares. En cada cuarto se revelan las obsesiones que la parejatenía por la estética mexicana. Una colección de piezas prehispánicasdistribuida por toda la casa, judas que cuelgan que las paredes, plantas ytelares. Los cuartos y estudios de los artistas reconstruidos en su totalidad:las pinturas, pinceles, libros y cuadernos tal y como alguna vez estuvieron. Laspersonalidades de Frida y Diego esparcidas por todos los rincones de su hogar.

Desde que Trujillo tomó la curaduría deLa Casa Azul, ésta se ha vuelto uno de los museos de la ciudad de México másvisitados, junto con el Museo Nacional de Antropología y el Museo Tamayo. Unproyecto que ha hecho que la visita a esta casa azul se convierta en un requerimiento paracualquier chilango (que se llame conocedor) o extranjero que visita nuestra ciudad.