Abrir el periódico del día para hurgar en el aviso oportuno no es cosa del otro mundo. Leer que alguien solicita “testimonios de personas abducidas o con contactos extraterrestres” puede sonarnos a tomada de pelo. Pero que haya quien responda a tal anuncio y efectivamente relate sus vivencias con seres ajenos a nuestro casi redondo planeta Tierra, nos instala en la mera dimensión desconocida.

¿Qué es esto?Una de las quince crónicas periodísticas contenidas en este libro lleno de subjetividad absolutamente intencional. Al más puro estilo de Hunter S. Thompson, rockstar del periodismo estadounidense de los años sesenta y setenta del siglo pasado, Gerardo Lammers se vuelve parte de la nota para guiarnos por los oscuros recovecos de la alucinógena vida cotidiana mexicana. Para ello, lo mismo arriesga la vida montado en una bicicleta al lado de un mensajero que consulta el I Ching en su visita a la presa de Valsequillo, Puebla, donde supuestamente se han dado casos de mutación en niños debido a las deleznables condiciones del agua.

No es cosa de cuento ni son cuentos lo que Lammers nos ofrece.Es la pura verdad. Cosas tan ciertas como que él y otros entrevistaron a Jorge Luis Borges, Mahatma Gandhi y Leonardo da Vinci a través de un médium cubano que ganó un concurso acerca de la vida de Beethoven sin saber ni una pizca del compositor alemán.

Originalmente publicadas en varias revistas, estas crónicas esotéricas fueronpepenadas —tal como las miles de chácharas que se ofertan en el poco lujoso “Harrods”de Santa Cruz Meyehualco, Iztapalapa— y trasladadas al papel reciclado en el que sepresentan, con el fin de dar forma al primer libro de una serie sobre periodismo gonzo,proyectada por J. M. Servín, autor de Cuartos para gente sola y D.F. confidencial.

Si es que acaso nada de lo anterior resulta atractivo, aún hay más. “El lejanoOeste quedaba en el cercano norte” da cuenta de la añorante realidad del duranguensepueblo de San Vicente Chupaderos, lugar donde Clark Gable, Burt Lancaster, CharltonHeston, Anthony Queen y demás estrellas del celuloide grabaron épicas cintas western.Bueno, hasta hay quien asegura que el espíritu de John Wayne sigue pululando por ahí.

En“Castañeda vs Castañeda”, las pedanterías del otrora Secretario de Relaciones Exterioressalen a relucir al más puro estilo “comes y te vas”, cuando, luego de invitar a Lammersa cubrir un día de su campaña como precandidato a la presidencia, decide bajarlo de lacamioneta en que viajaban, así como así.

Historias del más allá en el México de hoy podría funcionar como una guía de viajeen la que no hay fotos ni tampoco se habla necesariamente de los mejores lugares. Más bien, en ella el intrépido autor experimenta los pros y los contras de un país sobrenatural,convirtiéndose así en la bitácora de un periodista kamikaze.

Aquellos que siguendiscutiendo por establecer el lugar donde se divide el ejercicio literario del periodísticotendrán mucho de qué hablar con este libro que hace caso omiso de tal querella. Aquí está la muestra de que el periodismo también es un género literario.

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Historias del más allá (Cortesía)