Isabel empezó a escribir su libro #27 el 8 de enero de 2022. Esa es la fecha en la que ha comenzado a escribir todas y cada una de sus novelas. ¿Por qué? Pues podríamos decir que es su “día de la suerte” porque en 1981 recibió una llamada telefónica en la que le avisaron que su abuelo estaba muriendo. Empezó una carta para él que más tarde se convirtió en su primera novela: La casa de los espíritus.

Aunque ella decidió desde hace muchos años no pensar en la crítica ni en cuánto s libros se van a vender, siempre, inevitablemente, los días 7 de enero es un nudo de nervios. Y, hablando de nervios, no puedo evitar decirle a la escritora chilena lo mucho que la admiro y “la quiero” unos segundos después de que aparece en pantalla. No todos los días se tiene la oportunidad de echar el chisme con Isabel Allende. 

Violeta es un libro que se escribió solo, asegura Isabel. Pero todos sabemos que un libro nunca se escribe solo, especialmente cuando se trata de contar una historia que, aunque ficcionalizada, está inspirada en eventos reales y, sobre todo, en un personaje sumamente importante para Isabel Allende: su mamá.

Ella ya había empezado a escribir Violeta, poco tiempo después de la muerte de su madre, Panchita, en 2018. Tenía 98 años. El 8 de enero de 2020, Isabel, como siempre, empezó su nueva novela sin saber que un par de meses después llegaría la pandemia por COVID-19.

Cuando se declaró la pandemia yo ya llevaba escrito por lo menos un capítulo. Entonces me acordé que mi madre nació en 1920 que fue cuando llegó la pandemia de la gripe española al Cono Sur.

¡Bingo! Eso le sirvió mucho para Violeta porque entonces empezó la historia con una pandemia para terminar con otra. ¡Un siglo de vida! 

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Un poco de su mamá, pero también un poco de ella misma

Aunque tomó la figura de su madre como inspiración, Violeta, el personaje principal, también tiene tintes “Isabelescos”.Y eso puede notarse desde los primeros capítulos. Violeta —a pesar de la época en la que vive— es rebelde, se cuestiona, es —o al menos intenta— ser libre.

Yo creo que hay cosas de mi vida que se las pude pasar a Violeta. Mi madre y yo vivimos el mismo siglo separadas por 20 años, entonces to me acuerdo de muchas de las cosas que le toca vivir a Violeta.

Pero, sin duda, lo más interesante de Violeta —y que en serio Isabel no lo planeó así cuando empezó a escribir— es su evolución.

Cuando llegas al final de la novela te das cuenta de que esa mujer ha cambiado mucho en un siglo y se llega a convertir en una persona que podría ser yo. Yo nací muy rebelde y tuve oportunidades que mi madre no tuvo.

Pero, a pesar de la época en la que creció, Francisca, su mamá, llegó a ser una mujer muy progresista. Además, Isabel cree que hoy en día es un tanto más fácil para las mujeres porque pueden beneficiarse de la lucha de sus madres y sus abuelas. Todo es una cadena. Ah, pero eso no quiere decir que no queda mucho por hacer.

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El color violeta es el color de las mujeres. Y por supuesto que el hecho de que su nueva obra se titule así no es mera casualidad.Además de ser el color del feminismo, nombró Violeta a su nueva novela por darle un guiño a Violeta Parra, también chilena, y una de las principales folcloristas de América Latina.

No existe el feminismo si no te puedes ganar la vida.

Isabel Allende asegura que su carrera ha sido difícil por el simple hecho de ser mujer y, que si hubiera sido hombre, habría sido mucho más fácil. Le advirtieron desde el principio que por ser mujer tendría que hacer el doble de esfuerzo para recibir la mitad del reconocimiento. Y así ha sido.

Amar el proceso

Allende lleva más de 40 años escribiendo (ahí nomás) y una de las cosas que puede asegurar es que tiene más confianza en sí misma. Ella sabe que si se sienta a escribir algo le va a costar trabajo al principio, pero a la larga lo va a sacar.

Tengo que soltarme. El 7 de enero soy un nudo de nervios. El 8 de enero me siento a escribir y por una semana o a veces hasta un mes estoy como en una camisa de fuerza tratando de forzar algo. Cuando logro relajarme y dejo que los personajes hagan lo que quieran… todo fluye. Hay que dejar que la imaginación fluya sin empezar a criticarla antes de que exista.

Y sí. La voz crítica puede llegar a ser tan fuerte que nos paraliza completamente. Isabel dejó a un lado la idea de que tiene que escribir “buenos libros” porque eso se espera de ella. Más bien, piensa en el placer de contar una historia y el proceso fantástico de ir pegando una cosa con otra… como si fuera un rompecabezas.

Lo que a Isabel le ha servido mucho a lo largo de cuatro décadas es traducir sus experiencias personales en ficción. Con la ficción se logra la distancia, la ironía y la libertad. Y no lo digo yo, ¿eh? Lo dice Isabel Allende.

Si restinges la creatividad y estás esperando cosas… no funciona.

Los libros de Isabel Allende se traducen a 42 idiomas y la venta total de sus libros alcanza más de 73 millones de ejemplares. Es considerada como la escritora viva más leída del mundo de la lengua española.

Tip de Isabel Allende para escritores: Siempre piensen que van a escribir una mala novela. Cuando ella está atorada siempre piensa “Ok, voy a escribir un libro malo” y ya después ve cómo lo arregla.