Asesinados en un centro de rehabilitación o en un bar o en un puesto de hot-dogs oen una carretera o en una escuela o en la calle de su casa, hay mensajes de las tribus urbanas que hay que aprender a escuchar:

Migrantes

“Caminamos a un país desconocido a ir olvidando nuestro idioma, a irolvidando nuestra tierra. Si morimos en el camino, si nos fusilan, desaparecen, noshacen prisioneros o deportan… ¿qué le haremos?, ¿quién dirá? Muchos no traemosni el acta de nacimiento. Atrás, cada vez más lejos, quedaron las pruebas de quiénsomos”.

El suicida

“Dicen que el suicidio es el peor de los pecados. Yo sé que hay peores y enmanos de quienes controlan el poder, el dinero, la palabra de Dios, la ley, las guerras.Son ellos y no yo quienes a diario imponen el infierno en este nuestro mundo. Elverdadero infierno es real”.

Ninis

“Nos quieren enfilar en el ejército. Como les escandaliza cuántos somos, comono tienen la capacidad de ofrecernos trabajo y educación, han decidido que mejor seamatarnos”.

Drogadictos

“Habríamos sido músicos o arquitectos o ingenieros o empresarios oveterinarios o chefs o pilotos de avión o doctores. Lo seguimos intentando en la tercailusión de sustancias que sólo nos precipitan más rápido al vacío”.

Embarazadas

“¿Pude haber estudiado una carrera, haber trabajado en lo que yoeligiera y en su momento cuidar a mi hijo y heredarle un futuro más seguro? ¿De quépelícula o cuento es eso?”.

El acosado

“Se construyeron las ciudades en contra mía. Se escribió la historiaen contra mía. Parece que el peso del universo cayera sobre mí. Me ultrajaron. Mevolvieron invisible”.

Quien busca trabajo

“No soy mujer delgada, de excelente perfil y con menos deveintitrés años. Tengo aptitudes que nada sirven a este sistema de apariencias”.

Hasta aquí, la juventud más vulnerable, más lastimada. En adelante, la juventud frentea sí misma.

Los indiferentes: “En el fondo no creemos ni queremos creer. Nos gana la pereza, elvalemadrismo. Es lo mismo de siempre, ¿qué diferencia haríamos? Somos cómplices,mediocres cómplices del crimen”.

Los hippies/fresas/emos/cristianos/hipsters/cholos/etc: “Tenemos que identificarnoscon un grupo o una apariencia para sentir seguridad. No somos libres; creemos lo queel resto cree. No queremos dar el paso a la individuación, allí donde somos auténticosy decidimos por nuestra propia inteligencia”.

Los intelectualoides: “Pensando seremos libres. Leyendo estos y otros libros seremoscultos. Por ahora nada somos, pues no aprendimos a sentir.”

El pedo: “Soy predecible, monótono, plano. Soy vano, completamente vano. En lapróxima fiesta, en el próximo trago, me evadiré de ello”.

Revolucionarios: “Leemos periódicos, nos declaramos en contra de algo o de alguien,marchamos por las calles con banderas, mentamos madres, a veces rompemosvidrios. Somos la sombra de lo que odiamos por puro temor de ser la luz de lo quequisiéramos”.

El del gym: “El cerebro no es visible. ¿Para qué ejercitarlo?”.

El solitario: “Proclamo que no necesito cariño o cercanía de nadie. En realidad laimploro. Mi ego es grande y se sacia a sí mismo. Yo soy tan diminuto que puedonecesitarte”.

El cibernauta: “Face, youtube, chat, porno, foros, blogs, juegos. Así me entretengo.Sin embargo, el olor a tierra mojada, el cielo infinito o mi cuerpo no estarán nunca enla pantalla.”

El yogui: “Ya está dicho en el sutra. Que lo demás calle. Ya estoy meditando. Que lodemás calle. Ya estoy en paz. Que lo demás calle; me distrae, me contradice”.

Los violentos: “Si nos ofenden, ¿cómo no responder? Si no hacen lo que pedimos,¿cómo no obligarlas? Si son maricas, ¿cómo no chingarlos? Si no lo hiciéramostendríamos que pelear con nosotros mismos. Y ante ello somos demasiado débiles,demasiado putos y obedientes”.

El esnob: “Soy arte. La migaja del pan es poética. Tarantino es tan cool. Y Rothko…No iré más allá de mis certezas. No me entregaré al aire terrible y sagrado de labelleza”.

El moralino: “La vergüenza que siento frente al sexo es sólo una hipócrita manera derepudiar a los otros; me enfermo con ideas heredadas de la religión. Entre más me prohíbo el placer, más lo deseo”.